El conflicto de Siria ha dejado miles de niños muertos. Muchos más que en Palestina. Y causado además un éxodo de sirios refugiados en países vecinos que hoy llegó a 3 millones de personas desde que el conflicto en ese país empezó en marzo de 2011.
Hay además 6.5 millones de desplazados dentro de Siria debido a la guerra entre insurgentes y el dictador genocida Bashar al-Assad, uno de los peores carniceros que dado el Medio Oriente, quien no ha tenido empacho en usar armas químicas contra sus propios ciudadanos.
Vamos, la ONU declaró que "la crisis siria se ha convertido en la mayor urgencia humanitaria de nuestra época, y a pesar de ello el mundo estpa fallando a la hora de atender las necesidades de los refugiados y de los países que los acogen."
Pero de eso la ultraizquierda no se queja, ni hace marchas, ni hace protestas, ni culpa al gobierno de Siria.
Raro. Por el caso de Palestina, que es un conflicto que tiene menos muertos, menos desplazados y menos refugiados, la ultra ha hecho todo tipo de protestas.
¿La diferencia? El gobierno de Siria no es judío.
Lo que la ultraizquierda está dejando al no decir nada sobre el conflicto sirio es que su verdadera motivación en el conflicto palestino no es las muertes, ni la violencia generada por las dos partes del conflicto (sí; tanto judíos como palestinos matan en ese conflicto).
No, la verdadera motivación de la ultraizquierda es el racismo. La verdadera motivación es un antisemitismo vulgar que disfrazan con el pretexto del "antisionismo."
Lamentablemente, en México varios ultras han sido contagiados de esa enfermedad de odio por las imbecilidades que le publica un periódico que se dice de izquierda -pero es blandito con Enrique Peña Nieto- a un charlatán que si estuviera en Alemania, desde hace años estaría preso por delitos de antisemitismo.
(Y si se hicieran valer las leyes en México, también.)
Realmente es lamentable ver lo bajo que ha caído la ultraizquierda con el tema del medio oriente, haciendo héroes a los que también matan y haciéndose de la vista gorda con genocidas de otros países de la región a convenciencia.
Una izquierda que cae así de bajo jamás llegará al poder, ya que sólo demuestran que serían una dictadura totaliria que impone su voluntad por la fuerza.
Mal hace Andrés Manuel López Obrador, quien sí es tolerante y practica la Doctrina Estrada, en no deslindarse de esa ultraizquierda racista y miserable. No lo hace porque cree que así perderá seguidores. Pero la realidad es que con esos seguidores ¿para qué quiere Andrés enemigos?
Lamentable de verdad.
PD: La maldad es maldad sea quien sea su enemigo. Aplaudirle a dictaduras totalitarias nadamás porque son enemigos de Estados Unidos es una estupidez. Ese es justamente el error que siempre cometió Estados Unidos al apoyar a dictaduras totalitarias que se decían enemigos del comunismo. Y no puede la izquierda quejarse de lo que hace de Estados Unidos si la izquierda hace lo mismo.
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