El año pasado el Congreso aprobó una reforma electoral que convirtió al IFE en el INE.
Pero el PRI nunca incluyó en esa reforma la propuesta de reducir a la mitad las plurinominales. De hecho, se opuso a una propuesta del PAN para reducir a los pluris.
¿Entonces por qué ahora quiere quitarlas con una consulta popular?
Sencillo; porque lo que busca en realidad es que la Suprema Corte de Justicia rechace la consulta de las plurinominales para que pueda también rechazar la consulta energética por maiceo.
Si la SCJN rechaza las dos consultas, entonces podrá decir que no recibió línea del PRI para rechazar la consulta energética porque también rechazó la consulta del PRI.
El detalle es que el PRI diseñó su consulta sobre las pluris para ser rechazada. Si de verdad le hubiera interesado reducir las pluris ya lo hubiera hecho desde el año pasado en la reforma electoral.
Lo que quiere el PRI, por lo tanto, es darle a la SCJN la manera de lavarse la cara ante la enorme indignación popular que causará el rechazar la consulta energética, puesto que casi el 70% de los mexicanos están de acuerdo en que se haga una consulta popular sobre la reforma energética y la misma cantidad rechaza la reforma energética.
El PRI sabe que la consulta de las pluris no procede, ya que se mete con la materia electoral, lo cual está prohibido en el artículo 35 de la Constitución. Lo que quiere en realidad es facilitarle a la SCJN el negarle a los mexicanos la consulta energética por maiceo a pesar de que no hay ningún impedimiento constitucional para hacerla.
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