Ayer el diario Reforma publicó un reportaje en el cual reveó que la mayoría de las gasolineras a las que fueron a cargar gasolina en el DF, Monterrey y Guadalajara (74 de 90, es decir 82.2%) despachan litros incompletos de gasolina.
"Al cargar gasolina... de seguro te roban", decía una de sus notas al respecto. "El robo peso por peso", decía otra.
Lo que Reforma no dijo es que las gasolineras en todo el país son concesionadas a privados.
Sí; Pemex le concesiona las franquicias de las gasolineras a empresas privadas, que son las responsables de la cantidad de gasolina que se despacha.
De hecho, uno de los dueños de franquicias de gasolineras de Pemex en Quintana Roo es ni más ni menos que el secretario de Energía priista Pedro Joaquín Coldwell.
Ahora bien; si las empresas privadas son las responsables del robo de gasolina ¿qué nos hace pensar que las empresas privadas que extraigan petróleo con contratos de Pemex no se van a robar el petróleo?
¿Qué nos hace pensar que los privados van a pagar regalías completas o ISR completo?
Porque hay otro detalle; en 2009 se descubrió que las franquicias de Pemex compraban el 80% de la gasolina robada a la paraestatal por medio de la ordeña.
Claramente no les vendían la gasolina los representantes oficiales de Pemex, or lo cual las franquicias -o sea las empresas privadas- sabían que estaban comprando gasolina robada, lo cual los haría cómplices del delito.
Así que el riesgo de ilícitos en Pemex no es sólo en la empresa del Estado, donde el problema es la corrupción, sino también en las empresas privadas que participan en el robo de combustible.
Lo que no se entiende, es por qué Reforma no dice que las gasolineras en realidad son privadas, y que la participación de privados en el sector energético, por lo tanto, sólo aumenta la posibilidad de que haya abusos, robos y corrupción en el sector energético en México con la reforma energética de Enrique Peña Nieto.
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