Para ver la respuesta a esta pregunta, seguir leyendo estás breves líneas. Usted al terminar de leer tendrá condiciones para descubrir cómo se hace para convertir el petróleo de México en agua que, a su vez será privatizada y comercializada por una compañía que hace la chispa de todo aquello que antes era vida. Aquí veremos el juego mágico inventado por San Juan quien se lo fusilo a Herón de Alejandría
Un truco de hace 20 siglos que la Iglesia convirtió en
milagro. Y ahora el neoliberalismo mexicano lo emplea para hacer del petróleo un agua a vender en forma privada.
(tomado del blog Historias de la historia) 25/08/2014
Tal es la cantidad de inventos que se le atribuyen a Herón
de Alejandría, matemático e ingeniero helenístico del siglo I , que si viviese
hoy en día los funcionarios de la Oficina Griega de Patentes y Marcas habrían
pedido el traslado por exceso de trabajo. Uno de sus inventos nos va a servir
para, como mínimo, cuestionar el milagro de convertir el agua en vino en las
bodas de Caná.
Bodas de Caná
En el Evangelio según
San Juan -escrito a finales del siglo I-, Jesús, su madre y los discípulos
asistían a una boda en Caná de Galilea en la que, según parece, había más
invitados de la cuenta o bebían más vino de lo normal para este tipo de
celebraciones. Ante aquella crítica situación para el novio, Jesús ordenó
llenar con agua seis tinajas de barro que cuando se sacaron a la mesa… se obró
el milagro: el agua se convirtió en vino, y del bueno. Pues igual aquel milagro
no fue tal y tuvo algo que ver la jarra mágica de Herón. El artilugio en
cuestión es algo así…
Jarra Mágica
La pieza que divide la jarra en dos mitades tiene unos
pequeños orificios junto a la pared (E) y uno mayor (F) atravesado por un tubo
que va de la parte inferior (G) al asa (H) con un orificio de salida (K). Fuera
de la vista de los comensales, echamos vino en la jarra que llenará la mitad inferior
a través de E. Ya en la sala, decimos que vamos a convertir el agua en vino y
echamos en la jarra agua asegurándonos de tapar el orificio K. Al no tener
salida el aire, el agua quedará atrapada en la parte superior. Manteniendo
tapado K, se vuelca la jarra y saldrá agua pura… decimos que es un proceso
lento. Repetimos la operación pero en esta ocasión si tapar K, el agua seguirá
saliendo pero ya mezclada con algo de vino que ha pasado por E… ya va tomando
color y sabor. Y rematamos volviendo a servir, ya cuando se haya terminado el
agua de la parte superior, obteniendo vino. Eso sí, la calidad el vino
dependerá del que hayamos echado al principio. Lógicamente, e invirtiendo el
proceso, se puede convertir el vino en agua, aunque con este milagro no haríamos
muchos amigos.
Con este artilugio, basado en la mecánica de fluidos -otrora
milagro-, Herón echaba unas risas con sus amigotes y se ganaban algún café
apostando.
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