El martes 1 de julio apareció un audio de la delegada de Sesedol en Nayarit, Noemí Galindo, operando compra de votos para las elecciones de mañana 6 de julio en ese estado.
El gobierno federal priista la separó del cargo hasta el jueves y apenas ayer Rosario Robles dijo que la separó pero sólo porque le preguntó la prensa.
En realidad la separación del cargo de la funcionaria es una farsa. Mire usted por qué:
Para empezar, ya no tiene ningún caso que separen del cargo a la funcionaria a 3 días de las elecciones. Ya operó toda la compra de voto. ¿Ya qué?
En segundo lugar, en el PRI no le impiden a nadie seguir siendo corrupto. Cuando Javier Duarte, gobernador priista de Veracruz, tuvo que separar a un funcionario por operar compra de votos, simplemente lo pasaron a un cargo en el PRI de Veracruz.
Así que Nomemí Galindo perfectamente podrá seguir operando delitos electorales para el PRI sin ser delegada de Sedesol.
Y de premio por la compra de votos a Galindo le van a dar un hueso en el PRI o en el gobierno estatal de Nayarit o algo por el estilo.
La única manera de que no sea esto la farsa que es, es no dándole ningún cargo a los involucrados en la compra de votos ni en el PRI, ni en el gobierno municipal, ni en el gobierno estatal, ni mucho menos en el federal.
Cualquier otra cosa es una tomada de pelo de Rosario Robles y de Enrique Peña Nieto para taparle el ojo al macho mientras pasan las elecciones y no entorpecer la compra de votos que ya operó Sedesol en ese estado.
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