Ayer el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto, por medio del gobernador de facto de Michoacán, Alfredo Castillo, se puso a rogarle a jóvenes universitarios para que se enlistaran en una división de la policía estatal de Michoacán llamada "Fuerza Ciudadana."
De acuerdo con El Universal, Castillo dijo en un evento de la Coparmex que toda la policía estatal de Michoacán será sustituida por una "Fuerza Ciudadana." Dijo:
"Con uno, cinco o 10 que puedan estar con nosotros, será fundamental porque a fin de cuentas los que estamos aquí nos vamos a ir y tenemos que dejar a las personas más preparadas, in no corremos el riesgo de que el día de mañana, si no tenemos instituciones sólidas, puedan ser nuevamente infiltradas."
Para tratar de comprar a los estudiantes universitarios y que acepten un trabajo en el que pueden amanecer descuartizados por el narco, Castillo les ofreció vivienda, becas para sus hijos, seguro y "la seguridad de que contarán con el respaldo de la Federación".
Ajá, la misma federación que le sembró armas y droga para meter a la cárcel de manera ilegal a José Manuel Mireles.
Ah, y todo esto por un salario de entre 15 mil y 20 mil pesos.
Al margen de que es una verdadera idiotez ofrecerle un sueldo tan furris a estudiantes universitarios por arriesgarse a que los levanten y ejecuten a toda su familia, lo que está haciendo Castillo es lo mismo que ya intentó hacer Felipe Calderón y fracasó.
Sí; En 2011 Felipe Calderón invitó a jóvenes mexicanos, particularmente a los universitarios, a que se sumaran a las filas de la Policía Federal como opción "atractiva" de "desarrollo personal."
Para tratar de venderles eso de sumarse a la PF, Calderón les dijo que la labor policial está enttre las más "sublimes."
Dijo también que la profesión de policía debe ser "un verdadero sacerdocio cívico de quienes están, incluso, arriesgando su vida al servicio de los demás."
Sobra decir que los universitarios mandaron a Calderón a chiflar a la loma.
Y lo mismo va a pasar en Michoacán. Los universitarios no se van a sumar a la policía a sabiendas de que el gobierno federal no ha tocado ni a La Tuta ni al hijo de Fausto Vallejo. De mensos lo hacen. Sólo los que ven la posibilidad de infiltrar a la policía para beneficio del narco lo van a hacer.
Lo que llama la atención es la desesperación de Castillo de promover esta tontería en un evento de Coparmex, pedir que cinco o diez se unan (¡ándenles, porfis, no sean malitos!) y que además diga que luego salga con que "los que estamos aquí nos vamos a ir."
¿Pues qué trabajo tan jodido es ese en del que Castillo dice que ya se va a ir?
¿O está anunciando que el PRI va a perder en Michoacán?
Como sea, esto lo que viene a reafirmar es lo perdido y fallido de la estrategia de seguridad de Felipe Calderón en Michoacán.
Vamos, para meter a raya a los Templarios no se necesitaron universitarios. Se necesitaron autodefensas con los pies bien puestos en la tierra.
Pero Peña Nieto y Castillo los compraron -y a los que no se dejaron comprar los arrestaron-, lo cual a quien ayudó fue a los Templarios.
Por eso la violencia en México sigue fuera de control desde que Enrique Peña Nieto llegó al poder.
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