A las 2:21 de la madrugada de hoy el PREP de Coahuila mostraba que en las elecciones intermedias estatales sólo votó el 39.87% de los electores.
Esto es, sólo 4 de cada 10 electores salieron a votar. La mayoría de la gente (más del 60%) no quiso votar.
De pilón, hubo casos de hasta 6.2% de voto nulo, como ocurrió en el distrito XVI.
Ah, y desde luego no faltó el tarado que anulara su boleta electoral con la frase "no era penal."
A los que sí votaron, eso sí, el PRI les repartió despensas. Con lo cual tenemos que el PRI depende de dos cosas para mantenerse en el poder: que poca gente vote, y que los que vayan a votar sean comprables.
Eso no quiere decir que el PRI sea un partido fuerte. Quiere decir que el PRI ha logrado que la gente nisiquiera se tome la molestia de salir de su casa a votar a pesar de las trapacerías que han cometido Humberto Moreria, su interino, y luego su hermano Rubén.
Ah, y tuvo muchos más votos el PAN que la izquierda, pero aún así fueron menos de la mitad de los votos que tuvo el PRI.
Esto quiere decir dos cosas:
1. Coahuila es campo fértil para obtener nuevos votos para la izquierda, pero para lograrlo la izquierda debe primero cambiar su estrategia para incentivar al elector a votar por ellos no por ideología, sino simplemenete para que pierda el PRI.
2. Al PRI no le va a quedar otra más que seguir dependiendo de la compra de votos para poder mantenerse en el poder. Pero esa compra de votos no le va a servir si la izquierda logra incentivar el voto abstencionista a su favor.
Ahora el problema es que la izquierda lo entienda.
PD: Los que promueven anular el voto siempre lo hacen para beneficiar al PRI o al PAN. Los resultados de Coahuila son un claro ejemplo de lo que pasa cuando se anula o se abstiene en masa: NADA. No pasa nada. Bueno, sí pasa algo: Gana el PRI. El próximo que les quiera vender la idea de anular el voto, no lo duden: quiere que gane el PRIAN.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario