Ridículo y desesperado se vio ayer el PRI en la Cámara de Diputados luego de que el PRD protestara en tribuna contra la reforma energética.
Sin embargo, lo que les dolió a los priistas no fue que los llamaran traidores a la patria, sino que mostraran la primera plana de Reforma con una nota sobre la millonaria transa del sindicato de Pemex que tiene que pagar luego de que perdiera el litigio en Estados Unidos.
Como se recordará, el sindicato petrolero, cuyo líder es Carlos Romero Deschamps, perdió una demanda en Estados Unidos por más de mil 400 millones de dólares por incumplimiento de contrato con la empresa Arriba Limited.
El caso se remonta a 1984, cuando el sindicato petrolero ofreció servicios de comercialización de residuos de petróleo crudo a la empresa, los cuales se llevarían a la refinería de Minatitlán.
Pero una vez firmado el contrato, Carlos Salinas de Gortari, entonces secretario de programación y presupuesto, invalidó el contrato, causando una demanda por parte de Arriba Limited contra Pemex y contra el Sindicato por 92 millones de dólares.
Además, Arriba Limited acusa al Sindicato petrolero de haber pedido dinero para sobornar a funcionarios de Pemex para que les enviaran petróleo crudo. Como no pagaron los sobornos, no les dieron el petróleo.
Entonces el Sindicato negoció y pactó dar los contratos directos a Pemex, pero de nuevo hubo incumplimiento y de nuevo hubo otra demanda por 273 millones de dólares.
Al final, una corte de Estados Unidos desechó las demandas contra Pemex en 1992, pero no las demandas contra el Sindicato.
Debido a la acumulación de intereses y daños, la deuda ahora es de mil 400 millones de dólares.
Y desde 2000, Carlos Romero Deschamps ha estado pidiendo al gobierno federal que pague la deuda que es del Sindicato.
Peor; Pemex le dio al sindicato petrolero 250 millones de pesos supuestamente para enfrentar el litigio en Estados Unidos, pero en realidad ese era el dinero del Pemexgate, el cual se pensaba desviar a la campaña de Francisco Labastida Ochoa con el pretexto de que era para la demanda en EU.
Como a los priistas les ardió que les echaran en cara esa transa, que además involucra al Pemexgate, cuando los perredistas les reclamaron en tribuna, los diputados del PRI se desesperaron y se soltaron coreando "¡Línea 12! ¡Línea 12!"
Nadamás que el caso de la Líneas 12 del Metro de la Ciudad de México no tiene nada que ver ni es remotamente parecido a la transa del sindicato de Pemex.
Por esto:
1. El caso de la Línea 12 es simple y sencillamente el descubrimiento de una falla técnica por problemas de construcción y de mantenimiento. No es un caso de contratos incumplidos.
2. El costo de la transa de Pemex es de mil 400 millones de dólares. El costo de reparar los problemas en la Línea 12 es de menos de 100 millones de pesos o el equivalente a 7.7 millones de dólares. Ni por asomo se asemeja. El costo de la Línea 12 es el 0.55% de lo que cuesta la transa de Pemex.
3. El caso de la transa de Pemex la tiene que pagar el Sindicato petrolero, que es el único responsable -bueno, también debería pagar Salinas, que fue el que invalidó los contratos en vez de regularlos. Las reparaciones de la Línea 12 las pagarán los seguros y fianzas que pagaron las empresas constructoras. No lo pagará el DF ni le ha pedido dinero al gobierno federal para pagar, como sí lo hizo Romero Deschamps para pagar la transa del sindicato.
Ahora bien; si ese va a ser el fulminante revire del PRI ante los señalamientos por sus transas en Pemex, entonces que el PRD les contra-revire echándoles en cara que Alfredo Anaya, uno de los diputados priistas en la Comisión de Energía que aprobó la reforma energética fue mencionado por La Tuta por haberle pedido apoyo a los Caballeros Templarios para ser gobernador interino.
Desafortunadamente el PRD no ha dicho nada al respecto en la Cámara de Diputados, a pesar de que es menester exigir que se investigue si hay más diputemplarios y si la reforma energética va a beneficiar al narco. Deben ponerse las pilas.
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