Revise usted la lista de los senadores del PAN que votaron a favor de aprobar la Ley Televisa y se va a encontrar con que todos los calderonistas votaron a favor.
En la lista va encontrar los nombres de Javier Lozano Alarcón, Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth, Mariana Gómez del Campo, y desde luego Luisa María Calderón Hinojosa, hermana de Felipe Calderón.
Estos fueron los que se la pasaban quejándose de que Gustavo Madero habría sido colaboracionista con el PRI en el Pacto por México. Ernesto Cordero, inclusive, usó lo del colaboracionismo de Madero como estrategia de campaña para la dirigencia nacional del PAN.
Madero, desde luego, sí fue colaboracionista con Peña Nieto y el PRI. Pero ahora tenemos que los calderonistas fueron colaboracionistas no sólo con el PRI y Peña Nieto, sino también con Televisa.
El por qué es muy sencillo: El calderonismo cree que simplemente siendo lacayos de Televisa Calderón va a poder limpiar su maltrecho y espurio nombre y sus achichincles podrán regresar al poder.
Eso no le conviene ni al país ni al PAN. Fue por culpa de Calderón que el PAN se hundió en el tercer lugar en 2012 y fue por su culpa que existe una profunda fractura en el PAN a nivel nacional que le va a impedir ganar eleccines por si mismo.
Ahora, de acuerdo con El Universal, será Ernesto Cordero quien haga las negociaciones del PAN con Enrique Peña Nieto para las leyes secundarias de la reforma energética, lo cual no beneficiará al PAN, sino sólo al grupo calderonista.
Si los panistas de verdad quieren sobrevivir como partido y no seguir cayendo ya no al tercero, sino al cuarto lugar en 2018, deberán ponerle un alto al calderonismo. Si eso implica que no haya reforma energética, les convendrá más que no tener partido. Porque en 2018 habrá un enorme voto de castigo contra el PAN por haberle ayudado al PRI a darle más poder a Televisa y por haberle ayudado a privatizar Pemex. Ese voto de castigo no diferenciará entre calderonistas y el resto del panismo.
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