Dijo ayer Rosario Robles que quiere que 2.5 millones más de mexicanos se sumen como beneficiarios de la Cruzada Contra el Hambre en medio año. Es decir, alcanzar la cifrad e 5.5 millones de beneficiarios de la Cruzada para diciembre de 2014.
Robles admitió que sólo se podrá lograr eso ampliando la cantidad de municipios en los que estará la cruzada.
El detalle es que lo que realmente lograría Robles haciendo es no es combatir el hambre, sino comprar votos.
Porque resulta que el plazo que se puso Robles para apliar los beneficiarios de la Cruzada Contra el Hambre coincide prácticamente con el inicio de las campañas electorales intermedias de 2015, en las cuales el PRI va a perder.
Coincide también con la entrega de televisiones de alta definición con las que Peña Nieto también quiere comprar votos.
Dirán ustedes; ¿y qué tiene que ver que se le de comer a la gente con la compra de votos?
El detalle es que la cruzada contra el hambre no le da de comer a nadie. Es una mera entrega de dinero.
No existe hasta ahora un programa de comedores comunitarios del gobierno federal para la Cruzada contra el Hambre. Todo de lo que se ha hablado se ha limitado a entrega de despensas, productos diconsa y dinero.
Si a Robles de verdad le hubiera interesado ampliar la cantidad de beneficiarios de la Cruzada contra el Hambre, ya lo hubiera hecho desde hace año y medio, cuando se anunció el programa. Lo hace ahora para curarse en salud porque sabe que el calendario electoral empieza el 7 de julio y las elecciones entran de lleno a operar en diciembre.
Así que una vez más el PRI buscará comprar votos. Sólo que esta vez lo hará con dinero del erario federal.
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