Ayer la policía de Sao Paulo, Brasil, reprimió y dispersó con gas lacrimógeno a huelguistas y manifestantes que apoyan la huelga del Metro.
Eso sí fue verdadera represión, no las tarugadas con las que salen en México los de la ultra cuando pasa algo en el DF.
Pero contra Dilma, quien también enfrenta fuertes protestas por el despilfarro en el Mundial, no hubo críticas en México.
Son tan fuertes las críticas que enfrenta Dilma que Luiz Inácio Lula da Silva tuvo que salir a defenderla hace poco, alegando que las protestas no son contra el Mundial ni contra Dilma, sino contra el proyecto que Dilma representa.
¿Alguien en la ultra en México se quejó? Nadie.
Esa misma ultra va a ver los partidos del Mundial y le dará así más poder a las televisoras a las que tanto dicen criticar.
Vaya pues con la incongruencia de la ultraizquierda en México que sólo ve represión donde le conviene al PRI.
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