La Jefa Delegacional de Magdalena Contreras, Leticia Quezada, presumió en su cuenta de Twitter una selfie que se tomó con la también Jefa Delegacional de Tlalpan, Maricela Contreras, muy pegaditas y risueñas con Enrique Peña Nieto.
Asistí a la presentación de la red eléctrica subterránea del centro histórico con @EPN y @ManceraMiguelMX pic.twitter.com/YTI9TWlXKT
— Leticia Quezada (@Leticia_Quezada) June 3, 2014
Se la tomaron en la presentación de la red eléctrica del Centro Histórico, en donde ninguna de las dos tenía nada que hacer puesto que no tiene nada que ver con sus delegaciones.
Quezada pretendió justificarse diendo que "una foto no puede cambiar la vida nacional del país, la política sí."
Se equivoca.
Leticia Quezada se equivoca porque una fotografía es parte de la política. Muestra cercanía y aprobación de un gobierno fraudulento, corrupto y asesino.
Por consiguiente, una fotografia sí puede cambiar la vida del país al validar desde la izquierda al gobierno ilegítimo de Peña Nieto. Eso cambia la vida del país al dar la apariencia de que no hay nada por qué protestar cuando es todo lo contrario.
Si se tratara de una fotografía protocolaria en la cual no hay más remedio que salir -como ocurre con Miguel Ángel Mancera cuando aparece en fotografías con Peña Nieto- nadie diría nada. Equivale a tener que hacer algo desagradable porque es parte del trabajo.
Pero no es parte del trabajo de NINGÚNA Jefa ni de ningún Jefe Delegacional tomarse una selfie con Peña Nieto, lo cual no es una foto protocolaria sino una foto por gusto y simpatía.
Qué bueno que Leticia Quezada y Maricela Contreras sólo seguirán en el cargo hasta 2015. Después de eso, invito a los vecinos de Tlalpan y Magdalena Contreras a que no voten por ellas si se lanzan para diputadas locales o federales. Y si aparecen en la boleta electoral, mejor voten por MORENA. De plano.
Porque insisto: una cosa es salir en una foto porque es parte del protocolo y otra muy distinta hacerlo por mostrar que, en el fondo, avalan el fraude, la corrupción, el autoritarismo, el entreguismo y la sangre fría con la que Peña Nieto ha asesinado a mexicanos.
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