Lamento el
arresto del Dr. Mireles. Veo gran
indignación entre los internautas pero esta indignación antes este último crimen
del gobierno no se refleja en la calle, entre la prole. Desgraciadamente a la mayoría todavía no les
cae el veinte de la clase de lucha en que estamos enfrascados ni identifican a
los enemigos a los que nos enfrentamos ni entienden que tenemos que cambiar de táctica
y abandonar el ciberespacio y actuar en la calle. Mi intención en este escrito es aclarar todos
estos puntos e indicarles QUE podemos hacer para cambiar la situación.
Primero, no
hay tal cosa como un “gobierno mexicano”.
El gobierno “mexicano” actual fue impuesto por los patroncitos chulo de
los EEUU para entregarles el petróleo, eso es más que evidente. Los gringos ya no tienen el poderío para ir a
robarse el petróleo en algún lugar de medio oriente. México está muy a la mano y si le imponen a
un gobierno a modo que se los entregue hasta un imperio senil y mediocre puede
tener una última victoria.
Segundo,
los narcos también están al servicio de los patroncitos chulos de EEUU. Los narcos sirven para mantener intimidados a
los mexicanos. Así estos no les
protestaran a las transnacionales yanquis cuando anden explotando el petróleo
“mexicano”. Es por eso que el gobierno
“mexicano” los protege y arrestan a personajes como Mireles: son órdenes de
“arriba”.
Tercero,
las drogas son muy útiles para los patroncitos chulos de EEUU. De esa manera mantienen a sus proles contentos
y calladitos. Si se interrumpiera el
flujo de drogas las ciudades yanquis arderían.
Además, los bancos yanquis son los principales beneficiarios del lavado
de dólares. Y para que hablar de los
fabricantes de armas…los que suplen a los narcos.
Cuarto, en
el INGAPE no creemos que haya caso enchilarse aquí en la red. Si los convocamos a una marcha o cacerolazo o
alguna protesta NI LA MILESIMA parte de ustedes se dignara actuar. También, son tan poltrones que siempre dicen
“organiza algo y yo me uno”. NO tienen
iniciativa de plano y nadie dice “YO voy a organizar equis cosa”. Ni modo, con estas mulas tenemos que arar. Tal vez en un futuro cercano, cuando
progresivamente vayan quedando hasta sin el pan, a la mejor nuestros lectores
finalmente se dignen actuar. Lo dudo. Creo que se morirán de hambre manteniendo la
dignidad y “los valores de la familia”.
Si leyó
hasta este punto pos que bien. Tal vez
coincida o no en mi análisis. ¿Qué
quiere? Aun si me la mienta créame que
no me importara. Y es que hay cosas más
importantes en juego que lo que afirma un viejo pendejo o las mentadas que
usted le dé y a continuación se las enumerare.
Como lo he
afirmado últimamente, los mexicanos YA perdieron su patria. México no nos pertenece. LA PATRIA HA MUERTO. México pertenece a los extranjeros. Y estos nos quieren calladitos y para ello
imponen gobiernos autoritarios que mantendrán a raya a la prole a base de
putazos. Y siempre hay el futbol, las telenovelas, y la religión para mantener
a los mexicanos todos pendejos y distraidos.
Si,
tristemente, de nuestra patria solo nos quedan unos huesos secos. Sobre estos se mean los extranjeros, los
narcos, y el gobierno “mexicano”. Pero
pos no está bien que estén esos desechos ahí para que todo mundo los vea. Dan mala imagen, sobre todo a los turistas.
Los patroncitos
chulos del extranjero quisieran que les diera un servicio fúnebre a esos restos,
tal vez bastante digno por cierto, con la presencia de quien se digne todavía
recordar que alguna vez tuvo patria. O
sea, muy poquitos. Y por supuesto no
faltara quien se burle y tilde de ilusos a los que se presenten a enterrar a la
difuntita. Ciertamente dudo que alguien
más visite el sepulcro de la difuntita después.
Los niños crecerán sin haberla conocido y tampoco sabrán donde se le
enterró. Y les importara un comino saber
de ella.
Yo prefiero
no sepultarla. Quien todavía la recuerde
y la ame por favor, agarre un hueso viejo, un pedazo de pellejo, unos pelos
encanecidos, unas estrofas del himno, una bandera gloriosa, un legado
histórico, una foto de unos sombrerudos del Casasola, una corrido legendario, una
memoria que les conto un viejo, que se yo.
Haga usted
con esos restos un relicario. Esas
reliquias son la patria y usted es el responsable de cuidar esos infelices
huesos secos. No claudique. No olvide quienes violaron y asesinaron a la
patria. Y tampoco olvide quienes fueron
tan cobardes que prefirieron callar y hasta aplaudían cuando esto ocurría.
Sé que
poquísimos de ustedes actuaran así. No
me importa ni me hará desistir. Entre
menos burros más olotes y mayor será la gloria cuando triunfemos (cosa que no
dudo en ningún momento). Y es que,
entiéndanlo, en un país de “indios” los símbolos son muy poderosos, más si son
los huesos de una difuntita. No los
enterremos. Es lo que estos cabrones
quieren. Y es que algo de magia ha de
haber en esos huesos si tanta es la urgencia de enterrarlos. ¡Si! ¡Los
patroncitos chulos del extranjero le tienen miedo a esos huesos!
Y si esos infelices
le reclaman por que no se integra a la “modernidad” miénteles la madre. No se merecen más. Esa gente no merece ningún respeto:
traicionaron a la patria, es decir, a su madre.
¡Y ciertamente no hay que ser tan pendejos de llamar a la “unión” con
semejantes mediocres!
Seamos
entonces tercos, aferrados a esas reliquias.
SEAMOS ULTRANACIONALISTAS. No
importa si nos llaman patrioteros. No
importa si ustedes son poquitos. No
importa si los asesinos de la difunta se burlan de nosotros. Les recuerdo que México existe por la
terquera de unos cuantos. Después de
muertos Hidalgo y Morelos siempre había un patilludo, terco, mentándole la
madre al virrey. Después de que los
franceses capturaron a casi todo México siempre había un chinaco rebanándoles
el pescuezo a los centinelas de los zuavos.
Los gringos de la expedición
punitiva siempre andaban todos mosqueados porque a cada rato un sombrerudo les
aventaba un plomazo mientras gritaba “¡Viva Villa!” Ya con anterioridad un puñado de Mexicanos
(si, con mayúscula) le ha dado vida a los huesos de la difuntita. ¿Por qué chingaos no sería igual hoy?
Y lo
importante es sacar a pasear los huesos de la difuntita y mostrárselos a la
prole. Y al hacerlo hay que indignar al
pueblo, no solo describiendo la manera en que la patria fue asesinada sino también
mostrando como viven los asesinos. Si,
muestren sus dispendios, sus lujos, sus prestaciones, sus excesos, todo lo cual
lo paga el pueblo mexicano. Y háganlo con
los pelos de la mula en la mano, con copias de los pantallazos que ellos mismos
publican. Estos son los que llamamos
balconeos y su finalidad es encabronar al pueblo para que actue en contra de
estos asesinos.
Cuando
hable con los proles, en la calle, recuérdenles que alguna vez tuvimos patria. Muestren sus huesos. Denuncien como violaron y asesinaron a la
difuntita. Insistan en que este crimen
no debe quedar impune, que a la que mataron es a nuestra madre, a nuestra
paria. Señalen a los que aplaudieron
mientras era sacrificada. Aticen, si, el
odio contra esos cabrones. Pidan su
sangre. Sean implacables. Mostrar misericordia seria debilidad. ¡Estos desgraciados se merecen una muerte
lenta y dolorosa! ¿Por qué diablos vamos
a ser modositos o respetuosos?
¡Asesinaron a nuestra patria con un carajo! Si, despierte al México bronco. Ya es hora.
Y los asesinos temblaran pues saben bien que Dios perdona pero el pueblo
no.
E insistan
en decirle al pueblo que los esclavos no tienen patria sino amo. Y que si no actúan condenan a sus hijos y a
todo mexicano por venir a ser esclavo, la carne de cañón del imperio. Tal vez en el corazón de algunos todavía quede
algo de amor a la patria o a sus hijos y la indignación crecerá y crecerá. Tan solo necesitamos atizar la primera
chispa. Y ser tercos, rejegos, e
implacables. No importa si solo somos
unos cuantos. Ya le dije que así fue
como unos poquitos revivieron a la difuntita antes. Si hacemos esto la victoria será nuestra y la
muerta resucitara.
Mario
Quijano Pavón
(Pomponio)
Atte.
(Pomponio)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario