El pasado 30 de mayo el diario Reforma publicó que cuando Cuauhtémoc Gutiérrez, líder del PRI acusado de armar una red de prostitución con engaños, compareció ante la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI, precisamente para ver si lo expulsan o no por el escándalo de prostitución, el susodicho no se defendió ni presentó pruebas a su favor.
No debería sorprenderle a nadie. Inclusive si lo expulsaran del PRI, Cuauhtémoc Gutiérrez sigue controlando a la mayoría de los consejeros de ese partido en el DF.
Y es que el mismo día en el que Gutiérrez compareció ante el PRI, el diario El Universal publicó que los consejeros del Consejo Político del PRI en el DF se divide de la siguiente forma:
44% son controlados por Cuauhtémoc Gutiérrez.
38% son controlados por María de los Ángeles Moreno.
18% se hacen llamar "Ala Progresista", creada por el diputado federal del Estado de México Isidro Moreno.
De pilón, los 16 comités delegacionales del PRI en el DF son afines a Gutiérrez. Y de las 55 organizaciones adherentes, solo 3 se le rejaron, quedand 52 intactas.
Los consejeros, por cierto, son los que deciden las candidaturas a Jefes Delegacionales en el DF.
Eso quiere decir que la única forma de que realmente el DF se pueda deshacer del PRI de Cuauhtémoc Gutiérrez no es con su expulsión del PRI, sino o con cárcel para Gutiérrez o de plano si el Instituto Electoral del DF le quita el registro como partido.
La mera expulsión de Gutiérrez no cambiaría nada en el PRI. Sería, en el mejor de los casos, una pantomima del PRI para que todo siga igual.
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