Hace reletivamente poco Andrés Manuel López Obrador ya daba por hecho su candidatura presidencial en 2018. Ahora ya está moderando su discurso y está dejando a la candidatura en veremos.
De acuerdo con El Universal, López Obrador declaró el domingo pasado durante su gira por Yucatán:
"La gente lo dice, la tercera es la vencida, hay que esperar, no sé qué me depare el destino, primero me tiene que apoyar la gente, yo no podría ser candidato sino tengo el respaldo de los ciudadanos."
Y agregó:
"Tengo que llegar con vida (a 2018), porque me acaba de dar un infarto, y aunque me estoy recuperando no sabemos lo qué puede pasar."
El cambio de discurso podría tener dos posibles causas:
1. Ya se dio cuenta de que anunciar candidatura a 2018 podría ser interpretado como un acto adelantado de campaña y, por lo tanto, le causaría un problema legal.
2. Realmente Andrés Manuel ya se dio cuenta de que no está aún en condiciones de hacer futurismos.
Porque, en efecto, aún no hay una encuesta que demuestre que la izquierda tiene un favorito para 2018. Esas encuentas comenzarán a aparecer en 2015.
Y también en efecto, no puede Andrés Manuel arriesgar su salud simeplemente para una campaña electoral.
Andrés le sirve más al país como líder de izquierda con vida que como presidente con problemas de salud.
Entiendo que Andrés esté molesto porque en el salinismo ya quieren que se retire y él, nomás por llevarles la contra, revira que no se va a retirar. Pero tampoco le puede dar falsas expectativas a sus seguidores. Les tiene que hablar con la verdad y decirles tal cual que aún no hay nada seguro para 2018.
Ese es el discurso responsable y, al parecer, Andrés ya entendió que esa es la dirección que debe tomar; la de la prudencia.
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