Ayer se pusieron a cacarear los autodefensas de Michoacán que se alinearon con el gobierno federal priista (quien sabe a cambio de qué) que "ya somos gobierno", mientras que el gobernador de facto Alfredo Castillo les decía que ahora son ellos los que tienen la responsabilidad de defender a la gente de los municipios de Tepalcatepec y en Tomatlán.
Pero eso es una farsa. Mire usted por qué:
Para empezar, los autodefensas han sido los encargados de la seguridad en Michoacán desde hace un año porque los gobiernos estatal y federal priistas no quisieron hacer nada para impedir la inseguridad.
Así que no son "de ahora en adelante" como dijo Castillo. Ya eran.
En segundo lugar, los autodefensas funcionaban como civiles armados independientes y sin seguir ningún reglamento de policía.
Hoy el PRI pretende que sean policías cuando nunca han tenido entrenamiento para serlo ni conocen las leyes. ¿Qué clase de policía es esa entonces?
De haber seguido como autodefensas se hunieran limitado a impedir el paso de narcos y a sacarlos de sus madrigueras. Como policías con uniforme simplemente no están capacitados para ser una verdadera fuerza policial.
¿Qué van a hacer, por ejemplo, si se da un problema de seguridad pública que requiera de aplicación de las leyes vigentes?
Se suponía que para eso era la policía y los autodefensas sólo estaban para frenar al narco.
Por otro lado, ¿se supone que dándole uniformes a los autodefensas Peña Nieto cree que ya se resolvió todo porque ya no se van a notar los autodefensas?
El problema con eso es que el uniforme no es garantía de nada. Ayer mismo El Universal publicó que el jefe policial de Gran Morelos, Chihuahua, fue ejecutado por sicarios vestidos de militares.
Lo único que va a pasar es que ahora los Templarios se van a vestir de rurales y las extorsiones, secuestros y ejecuciones van a continuar.
Ah, y por cierto: dijo Estanislao Beltrán que quienes lo balconean en redes sociales buscan desprestigiar. No; quien se desprestigia solo es todo aquél que le hace el juego al PRI.
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