viernes, 30 de mayo de 2014

Las Fábulas de La Jordaine o de cómo publicar cualquier tontería en un diario de izquierda

Por Victor Hernández

Por detalles como este es que ya no leo La Jornada. Resulta que ayer por la tarde me mandaron el link a su sección de correo ilustrado y la primera carta es un choro mamertísimo de Pablo Moctezuma Barragán que habla mil flores y mil glorias de uno de los niños héroes de Chapultepec, de nombre Fernando Montes de Oca.

El texto, con notorio tono quesque anti-yanqui, es una maravilla. Según Moctezuma Barragán, Montes de Oca fue el que se tiró con la bandera para que no la capturara el malvado enemigo norteamericano en heróica defensa de la patria.

Nadamás que eso nunca ocurrió.

dice la carta:

Fue Fernando Montes de Oca, "orgullosamente chintololo", quien se lanzó al vacío desde la azotea del Castillo de Chapultepec para evitar que el enemigo se apoderara de la bandera mexicana.

El simbolismo de este acto es tan poderoso que los enemigos de México alentados por Washington han tratado de negar, minimizar y hasta llegan a burlarse del hecho. Lo cierto es que el vendepatrias Santa Anna había retirado el Ejército a Querétaro. Nadie obligó a los cadetes a enfrentar a los miles de ocupantes yanquis, y los jóvenes, en lugar de correr y salvarse, se enfrentaron al invasor de nuestra tierra hasta el punto de sacrificar su vida.

Hoy, en pleno siglo XXI la intervención yanqui en México y sus planes anexionistas reclaman de patriotas que empeñen todo su esfuerzo en rescatar la soberanía nacional, para lo cual el acto de dignidad y valentía del joven Fernando y sus compañeros es un ejemplo invaluable.

¡AH CHINGÁ!

¡Qué valentía! ¡Qué hazaña! ¡QUÉ PENDEJADA! ¡Matarse para que el enemigo se quede en el país sin que nadie se le oponga!

Son tantas las tarugadas que dice Moctezuma Barragán que no sabe uno ni por dónde empezar nadamás de la pura risa, pero haremos el esfuerzo.

1. Primero que nada vamos a dejar claro que no es posible lanzarse "desde la azotea" del Castillo de Chapultepec porque si alguien lo hiciera caería en el piso del castillo como se puede ver en cualquier foto el mismo:


2. En segundo lugar, ningún cadete del Colegio Militar de Chapultepec se lanzó con la bandera. No hay evidencia histórica de tal cosa. No, ni Juan Escutia, quien nisiquiera era cadete del Colegio Militar.

3. En tercero, Montes de Oca no se tiró desde la azotea en un heróico acto de auto-inmolación -seguro de gran utilidad- sino que, al igual que el resto de los cadetes, buscó la manera de escaparse saltando por las ventanas del muro inferior y lo cazaron los tiradores norteamericanos. De eso existe un testimonio, el de Ignacio Molina, quien dijo que vió cuando Montes de Oca fue "ignominiosamente fusilado desde la azotea al saltar por la ventana que veía a las llanuras del rancho de Anzures para reunirse con el resto de los alumnos que bajaron. Yo le vi caer para no levantarse más, sino en alas de la gloria." Otro testimonio dice que su cadáver fue encontrado tres días después en las laderas del cerro de Chapultepec del lado norte.

Aqui hacemos un paréntesis para mostrar una imagen aérea del Castillo de Chapultepec en la cual se ve claramente que un salto desde la azotea a donde lleva no es a las laderas del cerro, sino al piso del colegio militar:


Fernando Montes de Oca habrá sido Super Mario Bros. para poder brincar tan lejos.

¿De dónde saca entonces Pablo Moctezuma Barragán que Montes de Oca se tiró con todo y bandera desde la azotea del castillo? ¿Tanto le costaba hacer una búsqueda en Google sobre Fernando Montes de Oca para por lo menos no hacer el oso?

Al margen de eso, lo que realmente es injustificable es que La Joranada, que tiene a varios reporteros y gente que se supone que sabe hacer investigación, no haya revisado la jalada que estaban publicando.

"Bueno, es que es la sección de correo", dirán algunos. Pues no es justificación tampoco. No porque alguien diga que un buey voló se lo van a publicar tal cual.

La Jornada ya tiene una columna en la cual publican disparates verdaderamente bochornosos, como lo de la existencia del "Amero", ¡inclusive citando para darle validez a un racista supremacista blanco! Hasta uno de los colaboradores de La Jornada, Adolfo Gilly, se burló de esa columna por publicar tonterías como si fueran hechos. Pero se las siguen publicando.

Por lo cual, uno tiene que cuestionar seriamente si La Jornada de verdad no se toma la molestia de verificar lo que publica antes de hacerlo.

¿Es que de verdad Carmen Lira, directora de La Jornada, no se toma por lo menos la molestia de leer lo que publica?

Si no lo hace, la verdad, eso lo único que hace es restarle credibilidad a La Jornada.

Tal vez a lo que La Jornada -o por lo menos su directora- deberían dedicarse es a publicar ficción. Así por lo menos hay contexto para no dar pena ajena por publicar fábulas y relatos fantásticos.

Lo más lamentable, es que mucha gente en la izquierda se los cree. Por eso luego son tan atolondrados, supongo.

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