lunes, 26 de mayo de 2014

Cambiarse de nombre a Subcomandante Gealano sólo aumentó el protagonismo de Marcos

Por Victor Hernández

Hay que reconocer que eso de cambiarse el nombre de Subcomandante Marcos a Subcomandante Galeano es una muy buena campaña de marketing para Marcos, pero es una pésima estrategia política para lo que queda del EZLN.

Marcos se cambió el nombre, poníendose el nombre de un zapatista asesinado el 9 de mayo, en una especie de rebranding, o cambio de nombre del mismo producto para que parezca otro, un ardid publicitario muy socorrido en el mundo del marketing cuando un producto simplemente no vende.

"Nuevo Subcomandante Galeano. ¡Ahora con chaca-chaca y rascahuele!", es lo que parece estar diciendo Marcos como si se tratara de un detergente ante un público que ya no lo traga.

Han muerto muchos zapatistas a lo largo de los 20 años que llevan de haberse dado a conocer. ¿Por qué precisamente Galeano? ¿Por qué no Ramón, en homenaje a la Comandanta Ramona? Pues porque Galeano murió hace poco -Ramona murió en 2006- y hay que sacarle provecho al los medios ahorita que todavía les podría interesar escribir algo al respecto.

Ah, pero además ahora si deveras deveritas Marcos Galeano nos promete que ya no va a ser el vocero del EZLN; que va a ser Moisés.

"¿Cuál es el comunicado de esta vez, Moisés?"

"Este... deja le pregunto a Mar...er...a Galeano."

Por favor. ¿De verdad cree Marcos Galeano que nos vamos a tragar ese cuento?

Por eso digo que es un pésimo estratega político; Porque su rebranding podrá parecer vistoso, pero simplemente no es creible.

Si Marcos Galeano de verdad hubiera querido convencer a la gente de que se retira de verdad de su puesto no de vocero, sino de figura sagrada, incuestionable e inamovible del EZLN -mismo macho en el que está montado AMLO en MORENA, por cierto- entonces mejor se hubiera quitado el pasamontañas y hubiera dicho esto:

"Bueno ya, no soy Marcos, soy Sebastián Guillén Vicente. ¿Ya pa qué le hago a la mamada? Ya entendí que les caga mi protagonismo, y que por eso ya no nos pelan a los zapatistas, porque no entienden que soy tan hermoso, yo lo se, (¡Ay, madre!) y ni modo; mejor que se quede a cargo del changarro el Moisés."

Ahora que si Marcos Galeano de verdad hubiera querido simpatías para el EZLN sin tener que hacer su show de cambiarse de nombre, entonces lo único que tenía qu haber dicho es: "Está bien, ya entendí que no debo entorpecer a los esfuerzos de millones de mexicanos de izquierda por cambiar al país para bien por medio de la vía electoral."

Y se acabó el problema. No hubiera habido necesidad de rebranding ni de marketing, ni de mamadas quedas por el estilo.

Pero no; Marcos optó por una acción que lo único que tuvo como resultado fue que los reflectores no estuvieran en el EZLN, sino EN MARCOS.

Si lo que Marcos Galeano buscaba era mostrar que renunciaba a su protagonismo, lo que consiguió fue lo contrario.

Dudo que haya sido por error. Más bien creo que fue perfectamente intencional. Y la gente se va a dar cuenta. Cuando lo haga, el EZLN va a perder otra vez el interés del público.

¿Ven por qué digo que Marcos Galeano es un pésimo estratega político?

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