Los autores del libro Freakonomics, el economista de la Universidad de Chicago Steven Levitt y el periodista del New York Times Stephen Dubner, acaban de publicar un tercer libro titulado Think Like a Freak (Piensa Como un Fenómeno) en el cual le dieron la razón a los maestros de la CNTE en sus quejas contra la reforma educativa.
En el tercer capítulo del libro, en el cual plantean que para resolver un problema primero se debe plantear correctamente, o de plano replantearse, mencionan como ejemplo el caso de la reforma educativa en Estados Unidos.
Señalan que cuando la gente se queja del problema en el aprendizaje de los niños en Estados Unidos, todos se quejan de la calidad de los maestros, cuando en realidad el problema no es ese.
Cito en español del texto en inglés:
"Pero una montaña de evidencia reciente sugiere que la habilidad que tenga el maestro tiene menos influencia en el desempeño de un estudiante que un grupo completamente distinto de factores: Específicamente, cuánto han aprendido los niños de sus padres, qué tanto trabajan los niños en la casa (en sus tareas), y si los padres les han inculcado un apetito por la educación. Si esas enseñanzas de la casa faltan, no hay mucho que la escuela pueda hacer."
Que es exactamente lo que están señalando los maestros de la CNTE. Se les pretende evaluar como si los maestros fueran la causa del rezago educativo en México, en vez de fijarse en el verdadero problema, que es la pobreza y desintegración familiar que causa que los niños no aprendan ni con los mejores maestros.
Esa pobreza y desintegración, particularmente en las zonas rurales del país, ha sido causada precisamente por las políticas de derecha del PRI y del PAN.
La reforma educativa de Enrique Peña Nieto, por lo tanto, no busca mejorar la educación en México. Pretende tener amordazados a los maestros para que no se quejen de las deplorables condiciones de pobreza y desintegración en las que el gobierno priista mantiene a los mexicanos y que es la verdadera causa del rezago educativo en México.
Como colofón, cabe mencionar que Levitt y Dubner hicieron un documental sobre Freakonomics en el cual le añadieron un estudio quie hicieron sobre la posibilidad de mejorar las calificaciones de los estudiantes de una escuela pública ofreciéndoles una recompensa de 500 dólares y un paseo en limusina.
El resultado fue que el incentivo del dinero y el paseo no tuvo un efecto tangible en los estudiantes.
"Ah, entonces el problema no es la pobreza", dirán algunos. Pero en los dos principales casos estudiados se trataba de estudiantes de clase media, así que la pobreza se podía medir como factor.
Lo que sí se pudo medir fue qué tanta atención le ponían sus padres a los estudiantes. Al estudiante que su madre lo estuvo presionando todo el tiempo para que mejorara sus clases, le fue bien. Al que no, reprobó.
Ahora consideremos la situación en una familia pobre en la que ambos padres de familia tienen que trabajar. O en la que la madre tiene que trabajar y no hay padre porque se tuvo que ir de indocumentado a Estados Unidos.
¿Quién va a estar detrás de los estudiantes todo el tiempo para que tengan buenas calificaciones?
Así que no se confundan. La pobreza no genera malos resultados educativos sólo por falta de dinero y de alimentación -que sí son factores importantes- sino también porque genera falta de atención a los niños en el hogar.
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