La última propuesta de ley de telecomunicaciones
es hoy por hoy el más infame intento de
traición contra el pueblo mexicano, ya que a diferencia de la reforma que
entregó los recursos, propiedad legitima e inalienable de todos los mexicanos
nacidos y por nacer, esta reforma en particular ataca la esencia misma del
individuo como ser humano, tal y como lo estipula el artículo 19 de LA
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
de la ONU.
Artículo 19.- Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y
recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión.
Documento suscrito por nuestra republica y
por ende al cual debe respetar según lo establece nuestra carta magna en su
artículo primero, ya que no establecen de manera específica los casos o
condiciones en las que las autoridades podrán censurar el más importante medio
de comunicación con el que el pueblo mexicano cuenta, como lo es el internet.
Como si lo anterior fuera poco, también fractura con alevosía y ventaja la esencia
democrática de la republica mexicana, cayendo en una contradicción
constitucional, en observancia a lo que se establece en el titulo segundo, capitulo
primero, de la soberanía nacional y la forma de gobierno en su artículo 40 de
la CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, el cual dice en su
forma y letra:
Es voluntad del pueblo mexicano constituirse
en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de
Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero
unidos en una federación establecida según los principios de esta ley
fundamental.
De llevarse a cabo esta ley, los responsables
estarían incurriendo en un atentado en contra de la esencia democrática de
nuestra nación (más detalles a continuación)
La libertad de expresión y de prensa,
incluyen dentro de sí mismas el derecho de persuasión. Cuando alguna idea o
concepto es promovido para persuadir al público, sin afectar las garantías de
terceros, cuenta con todos los causes legales para proceder, es esto
precisamente la esencia misma de la democracia: “la libertad de persuadir y
sugerir”. En una democracia la voluntad de las mayorías es la base misma de
ésta y por ende, la voluntad popular de las masas es superior a cualquier ley
secundaria o reglamento, así como a cualquier institución u órgano de gobierno,
más aun en nuestra republica, cuya carta magna estipula en su artículo 39:
La soberanía nacional reside esencial y
originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se
instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable
derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Esto dicho en términos coloquiales significa
que la autoridad suprema de la
nación mexicana permanece necesariamente y como origen, en los ciudadanos
mexicanos en su conjunto. Toda autoridad y gobierno proviene de los ciudadanos
mexicanos y se establece para beneficio de los ciudadanos en su conjunto. Los
ciudadanos en conjunto tienen siempre sin excepciones, el eterno derecho y el
cual no puede ser quitado a estos por nadie, de cambiar la esencia y la forma,
como las características de su gobierno; explicado de manera aún más sencilla:
Cuando los ciudadanos mexicanos quieran y estén unidos en su gran mayoría,
tienen el absoluto derecho de desconocer a la autoridad, al poder ejecutivo,
legislativo y judicial, retirarles el poder y decidir qué camino tomar en
cuanto a los aspectos políticos del país.
Si la mayoría es
abrumadora se convierte en la ley misma hasta el grado de revocar la
constitución y redactar otra totalmente nueva si así lo dispusiese el pueblo
unido y organizado.
La ley de
telecomunicaciones presentada por el falso y simulado gobierno mexicano, es un
intento de censura directo en cuanto a su finalidad, e indirecto en cuanto al
texto o estructura de lenguaje escrito utilizado, es por lo tanto un acto de
fascismo y un atentado terrorista en contra del pueblo mexicano; un tipo de
fascismo moderno el cual conserva todas las características de un gobierno
fascista con la diferencia de que en este caso los perpetradores no tienen
inclinación nacionalista, sino que más bien están entregados a intereses
privados extranjeros; acto que incluye delitos como traición a la patria por
parte de todos aquellos que presentan esta ley, así como los que pretendan
aprobarla en el poder legislativo y los magistrados de la SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN que no procedan a castigar a los delincuentes, cayendo todos
en violación directa del CÓDIGO PENAL FEDERAL en su artículo 123, fracción I,
ya que la ley de telecomunicaciones es un acto contra la integridad de la
nación mexicana, pues al violar la libertad de expresión, de prensa, petición y
asamblea, se abre paso para la imposición de un gobierno fascista. Al pretender
restringir el acceso a internet otorgando la facultad a la autoridad para que
suspenda el servicio de manera indefinida, así como de cerrar cualquier pagina,
blog o perfil de las redes sociales, por razones que no se especifican, lo cual
deja abierta la posibilidad de negar el acceso a internet a la población y
censurar a cualquier persona o grupo cuándo y por el motivo que tanto el
gobierno, como la empresa que otorga el servicio decida, no solamente se viola
a nuestra carta magna y a documentos de la ONU, suscritos por México, sino
también se violan acuerdos internacionales como la DECLARACIÓN CONJUNTA SOBRE
LIBERTAD DE EXPRESIÓN E INTERNET redactada por la ONU y la Organización de
Estados Americanos (OEA) el 1ero de junio del 2011, la cual
establece en su sección numero 6 inciso B:
La interrupción del acceso a Internet, o a parte de este, aplicada a
poblaciones enteras o a determinados segmentos del público (cancelación de
Internet) no puede estar justificada en ningún caso, ni siquiera por razones de
orden público o seguridad nacional. Lo mismo se aplica a las medidas de
reducción de la velocidad de navegación de Internet o de partes de este.
Con toda la evidencia y argumentos aquí presentados, es claro que tales
acciones si provinieran de un gobierno legítimo, en una verdadera republica
democrática, culminarían en la destitución y juicio político de los
responsables; sin embargo, ni el gobierno es legítimo, ni la nuestra es una
republica democrática (los detalles con respecto a este argumento serán presentados
próximamente en otro artículo, debido a que es un tema que merece ser
presentado a detalle y por ende se necesita espacio).
Utilizando a los medios de comunicación en el país como sus principales
cómplices, este grupo compuesto por la clase política y gran parte de la clase
financiera de México, engaña y desinforma al pueblo, tergiversa las noticias
para beneficio de sus miembros, introduce tácticas de subversión e ingeniería
del consentimiento, para robar la identidad del individuo y manipular sus ideas
y pensamientos, ofreciendo una identidad ficticia con la transmisión de
programas de televisión denigrantes para la raza humana, así como espectáculos
y telenovelas que distraen la atención del público e impiden el enriquecimiento
intelectual y cultural de los mexicanos; el único fin y propósito de todo esto,
es el de mantener el sistema capitalista neoliberal como única manera de vida,
conservar sus poderes y privilegios, regalando el país y al pueblo mexicano a
las garras de corporaciones y multimillonarios empresarios extranjeros, con
tendencias psicópatas y de naturaleza genocida, todo para responder a una
agenda económica-política fraguada hace más de tres décadas. La eterna lucha de
clases protagonizada por los pueblos en contra de las monarquías y sus lacayos
cómplices: La iglesia y recientemente, los medios de comunicación masiva.
Francisco F Mendívil A., admin del INGAPE
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