En su edición del domingo 6 de abril, El Universal publicó:
"La mala nueva para el ex diputado local, y heredero del imperio de la basura (Cuauhtémoc Sánchez), es que el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, conoce muy bien la situación que vive el PRI capitalino y los escándalos en los que se ha visto implicado Gutiérrez. Vale la pena recordar que el hoy procurador fue delegado especial del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para el Distrito Federal en 2011, y sabe dónde se tiene que investigar."
Si Murillo Karam sabía desde 2011 lo que pasaba en el PRI-DF, ¿cómo es que nunca hizo nada desde la PGR (¡lleva más de un año en el cargo!) siendo que la red de prostitución del PRI raya de plano en la trata de personas?
¿Cómo es que Murillo Karam nunca le dijo algo a César Camacho Quiroz para que se expulsara a Cuauhtémoc Gutiérrez del PRI o por lo menos se le removiera del cargo de dirigente del PRI capitalino?
Eso tiene un nombre. Se llama COMPLICIDAD. Y lejos de pintar a Murillo Karam como justiciero, pinta al gobierno de Enrique Peña Nieto como cómplice por omisión de una red de prostitución con engaños que sabía que existía.
Peor: indica que la red de prostitución no era sólo un caso aislado del DF; era algo que se sabía a nivel nacional en el PRI. Pero el PRI lo permitió y, con su silencio cómplice, lo solapó.
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