El gobierno priista pretendió justificar las muertes alegando que la mayoría eran integrantes de grupos delictivos, aunque en México no exista la pena de muerte y por lo tanto no es justificación el delito para un asesinato.
Por si fuera poco, una de las víctimas era un civil que no tenía nada que ver con el crimen organizado.
Hasta el momento, el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto no ha hecho nada para detener la violencia en Tamaulipas.
La violencia en México sigue fuera de control desde que Enrique Peña Nieto llegó al poder.
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