El salinista Pablo Hiriart salió ayer con que quien debe rendir cuentas en Michoacán no es sólo el PRI, sino el PAN y el PRD.
Lo hace luego de que ha quedado clarísimo, gracias a los autodefensas de Michoacán, que funcionarios del gobierno priista de Fausto Vallejo se reunieron con La Tuta y tienen nexos con el cártel de los Caballeros Templarios, como es el caso del ex secretario de gobierno Jesús Reyna.
Ah, pero es que según Hiriart -cito textual de un texto que publicó ayer- "el arraigo del secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna, se ha prestado para que panistas y perredistas intenten sacar provecho partidista de la situación. Se les debería caer la cara de vergüenza."
Que por que "la destrucción de Michoacán ha sido obra de panistas, priistas y perredistas" y que "toda la clase política de esa entidad tiene culpables en sus filas."
Pero eso es una mentira de Hiriart. Quienes pactaron con los Caballeros Templarios, por admisión de los propios narcotraficantes, fueron los priistas.
Vaya, a varios alcaldes perredistas los encarcelaron por presuntos nexos con el narco en el ahora infame michoacanazo y a ninguno le encontrario evidencias de nexos con el narco. Todos salieron libres. Lo único que quedó en evidencia fue que Felipe Calderón usó a la PGR para hacer golpeteo político contra el PRD.
En todo caso a quien se le podría achacar la inseguridad en Michoacán es a Felipe Calderón por su inútil estrategia de guerra contra el narco que en realidad no hizo nada.
Pero la realidad es que a partir de 2012 el gobierno federal y el gobierno estatal de Michoacán quedaron en manos del PRI. Y son funcionarios priistas los únicos a los que les han encontrado evidencias de nexos con el narco.
Todo lo que pasa es que han tenido que caer funcionarios del PRI porque si no, los autodefensas -que son los que aportaron pruebas contra los priistas- hubieran mostrado sus evidencias de los nexos de los priistas con el narco a la opinión pública y de todos modos los hubieran tenido que arrestar, pero además con escándalo.
Así que el PRI optó por el menor de los dos escándalos.
Pero ahora el salinismo ya no quiere queso, sino salir de la ratonera, porque se le juntaron el caso de Jesús Reyna; el de Cuauhtémoc Gutiérrez; la ola de violencia en Edomex y las balaceras y decenas de muertos en Tamaulipas.
Así que si a Hiriart no le cabe, que no la reparta. Que sea HOMBRE y admita que el PRI, partido de su ex patrón Carlos Salinas de Gortari, son es un nido de delincuentes, ineptos y además vendepatrias. Nadie más que ellos son responsables de lo que les sucede, y Enrique Peña Nieto, como responsable que es de su partido en el cargo en el que está, debe renunciar.
PD: ¡Quiere llorar! ¡Quiere llorar!
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