La encuesta, levntada en vivienda del 11 al 15 de marzo de 2014, revela que la mayoría de los panistas, además, no están de acuerdo con la manera en la que Gustavo Madero manejó al partido.
Sólo 27% de los panistas consideran que el PAN es un partido de oposición, mientras que 16% considera que a veces es oposición y a veces es colaborador de Enrique Peña Nieto.
Esto resulta relevante si consideramos que el PAN se fundó supuestamente para ser oposición al PRI.
La encuesta también revela que 46% de los panistas prefieren que Ernesto Cordero sea el siguiente dirigente nacional del PAN, mientras que sólo 36% prefiere a Gustavo Madero. 12% no sabe, 1% no contestó, 2% prefiere a otro, y 3% a ninguno.
Esto resulta irónico ya que Cordero sígue la línea de Felipe Calderón, quien se convirtió en colaboracionista de Peña Nieto al permitir que cometiera fraude en las elecciones presidenciales de 2012 sin investigar las evidencias de delitos electorales, como lavado de dinero, cometidos por su campaña.
La encuesta, además, pone en evidencia que los propios panistas creen que PAN y PRI sí son lo mismo, y que la etiqueta "PRIAN" está bien aplicada al ser un partido colaboracionista con el otro.
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