Ayer comparecieron ante la Cámara de Diputados el director priista de Pemex, Emilio Lozoya, y el titular priista de la PGR, Jesús Murillo Karam.
Murillo dijo un cinismo enorme. Que la PGR avanza "despacio, pero muy precisos, con mucha contundencia en la búsqueda de algo que es fundamental para el país: detener a los responsables y enviar el mensaje de que no hay impunidad."
Es un cinismo por lo que dijo en la misma comparecencia Emilio Lozoya.
Lozoya salió con que Pemex abrió ayer mismo un proceso administrativo contra Mario Ávila Lizárraga, panista que fue subdirector de Mantenimiento Logístico de la Coordinación de Servicios Marítimos de Pemex, por estar ligado al fraude en el que incurrió Oceanografía. Que porque se le atribuye haber otorgado contratos irregulares a Oceanografía.
De nuevo: el proceso administrativo se abrió apenas AYER.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es la razón por la cual se abrió el proceso administrativo.
El proceso administrativo se abrió porque Ávila Lizárraga firmó un agregado a un contrato de Oceanografía de octube de 2007, el 5 de diciembre de 2012, cuando Lizárraga ya había dejado el cargo.
Eso quiere decir que Oceanografía estuvo operando con un agregado ilegal a su contrato durante el primer año y 3 meses de la administración de Enrique Peña Nieto sin que nadie les dijera absolutamente nada.
Nadie paró los pagos a Oceanografía, nadie reclamó y nadie investigó.
Peor: En diciembre de 2013 Enrique Peña Nieto le dio más contratos a Oceanografía por medio de una filial de un tió del dueño de Oceanografía.
¿Cuál despacio y preciso pero con contundencia? ¡El gobierno de Peña Nieto permitió la operación fraudulenta de Oceanografía durante más de un año!
¿Cuál combate a la impunidad? Si durante los primeros 15 meses de la administración de Peña Nieto eso fue precisamente lo que tuvo Oceanografía: completa impunidad por parte del gobierno priista.
Ahora la izquierda está pidiendo la comparecencia de Felipe Calderón y de Vicente Fox ante el congreso. Pero eso no va a pasar. Cuando Fox se vendió a Peña Nieto lo hizo a cambio de impunidad. Y con Felipe Calderón hay un acuerdo para que no lo toquen a cambio de no haber investigado los delitos electorales del PRI que pudieron haber anulado la elección de 2012 por fraude.
Pero el cinismo y torpeza de Murillo palidece ante el peor cinismo de Lozoya, quien declaró que lo que pasa con Oceanografía es un "caso aislado".
Pues sí; es un caso aislado porque es el único que están investigando porque es el único al que cacharon los de Banamex. Si hay más casos de fraude en Pemex simple y sencillamente no los están investigando porque en el gobierno de Peña Nieto no investigan a empresas fraudulentas ni a contratos fraudulentos ya que son cómplices de la corrupción.
Y la mejor prueba de ello es el hecho de que durante 15 meses, y hasta el día de ayer, Pemex no investigó al contrato irregular de Oceanografía.
El problema es que ahora el gobierno priista quiere que un montón de empresas privadas se queden con el petróleo de México. Y una vez que eso suceda ¿con cuántas como Oceanografía nos vamos a topar?
Lo mejor, por lo tanto, es que la IP no entre al sector energético. Sólo así se podrá evitar corrupción de empresas privadas en Pemex.
Para lograr eso, no obstante, lo primero que se debe hacer es sacar al PRI y al PAN del poder. Y eso sólo se logrará votando por la izquierda en 2015 y 2018.
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