Andrés Manuel López Obrador presentará un nuevo libro de su autoría el próximo lunes 17 de marzo a las 18 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en el Centro Histórico.
La portada del libro muestra a Porfirio Díaz y abajo, como imagen espejo, a Carlos Salinas de Gortari.
AMLO ya se había referido al PRI como "Doña Porfiria", señalando de manera correcta la transformación de la dictadura porfirista en el régimen priista, el cual se coludió con el PAN entre 2000 y 2012, y ahora está de regreso en el poder con las mismas políticas entreguistas de Porfirio Díaz.
Qué bueno que Andrés escribe otro libro. Con toda seguridad se va a llevar otro millón de pesos en regalías con el cual podrá vivir muy bien durante un par de años, ya que sus libros son todos best sellers.
Donde sí tengo que hacer una observación es en el hecho de que Andrés tome ahora como punto de referencia a la Revolución Mexicana y a Porfirio Díaz para mover al electorado, ya que no me queda claro que sea una estrategia de mensaje político eficaz para las nuevas generaciones y para las zonas campesinas donde el PRI compró más votos.
Durante la mayor parte del siglo 20 la Revolución Mexicana estuvo presente en la memoria colectiva debido a que dejó huella e historias en mucha gente. Pero luego de más de 100 años de la Revolución no estoy seguro de que sea la imagen que más le llame la atención a las nuevas generaciones que ni lo vivieron ni tienen familiares que lo recuerden.
Por lo tanto, Andrés tiene que replantear su estrategia de mensaje político. Debe dejar de pensar como si estuviéramos en los 80s y debe enfocarse en el hecho de que ya pasaron tres décadas. Y si bien el país sigue igual o peor, lo que cambia es la percepción de la gente respecto al mensaje político. Cambia el tablero y cambian las piezas, pues.
Así que Andrés debe adaptarse al público -al nuevo tablero y a las nuevas piezas- para poder darle un mensaje político eficaz, y no suponer que porque el cree que algo es importante, aunque lo sea, la gente va a creer lo mismo.
PD: Tal vez le hubiera quedado más claro a la gente la situación actual si en vez de comparar a México con el porfirismo, AMLO hubiera hecho la comparación con Ucrania, o con Egipto, o con algún otro caso que realmente esté en la memoria colectiva actualmente. Hay que adaptarse a la gente.
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