Algunos priistas han pretendido usar al caso de la liberación del ex tesorero del DF, Gustavo Ponce, para tapar las corruptelas y cochineros de los casos Oceanografía, de la inseguridad en el país que va en aumento, y para tratar de tapar la aparentemente inminente liberación de Elba Esther Gordillo por una pifia de Luis Videgaray y Jesús Murillo Karam.
Vaya, hasta le pretenden achacar el caso Ponce a Andrés Manuel López Obrador y René Bejarano cuando no viene al caso. Mire usted:
Empecemos con un poco memoria histórica: Gustavo Ponce Meléndez saltó a vista de la opinión pública porque lo grabaron apostando en un casino de Las Vegas.
Ponce no apostaba con dinero del erario, sino con dinero de Carlos Ahumada. Y era el propio Ahumada el que le prestaba su avión privado para ir y venir. Lo ha confirmado con anterioridad el propio Ahumada.
¿Es eso un delito? No necesariamente. Para que fuera delito tendrían que darse las siguientes condiciones:
1. Que Ponce haya ido a Las Vegas en horas de oficina, lo cual sería una fata administrativa.
2. Que Ponce haya recibido el dinero de Ahumada a cambio de algún favor. Eso se llama soborno.
La condición 2 es la más seria y existe evidencia de que Ponce sí operó para beneficiar a Ahumada de manera indirecta.
Y es que Ponce ordenó a sus subalternos apresurar el pago a Ahumada por obras en la delegación Gustavo A. Madero que nunca se realizaron. Sin embargo, sus subalternos desobedecieron a Ponce y no apresuraron ningún pago a Ahumada.
De hecho, los videoescándalos de Ahumada se dan porque Ahumada quería que le pagaran y el GDF, con AMLO de Jefe de Gobierno, no le pagó por obras no concluídas.
Con lo cual existe la posibilidad de que Ponce haya incurrido en un soborno. Pero para que eso sea cierto y perseguible como delito, debe existir evidencia de que el dinero de Ahumada que Ponce apostaba en Las Vegas era específicamente a cambio de favores. Desafortunadamente, existe hay esa evidencia. Hay evidencia circunstancial, pero ningún juez la aceptaría.
¿Por qué fue entonces Ponce a la cárcel? Por una acusación de fraude genérico. Al ordenar Ponce a sus subalternos apresurar los pagos en Gustavo A. Madero, por obras que no se habían entregado, Ponhce habría ordenado a sus subalternos que incurrieran en un fraude.
Pero como los subalternos nunca le obedecieron, el fraude nunca se realizó.
Eso es lo que alega la defensa de Ponce en el amparo que se tramitó para que fuera liberado. Que como no se consumó el delito del cual lo acusan, entonces no hay razón para que Ponce siga preso.
Jurídicamente el argumento es válido. Tal y como se dieron los hechos, a Ponce se le puede acusar de intento de fraude genérico, pero no de fraude en si porque el GDF nunca le pagó a Ahumada por las obras que no entregó.
Sin embargo, Ponce ha estado preso desde 2004. De la sentencia que le impusieron, además, le faltaban 3 años y medio por cumplir, pero luego de haber estado preso 10 años.
¿Tiene algo que ver en esto Andrés Manuel López Obrador? No. ¿Tiene algo que ver René Bejarano? Tampoco.
López Obrador fue quien ordenó la investigación y arresto de Ponce. Y fue AMLO quien se negó a que se le pagara a Ahumada por obras que no entregó.
Y René Bejarano no tenía nada que ver con Ponce. A Bejarano lo mandó Rosario Robles por un dinero que Ahumada le mandaba a ella, lo cual técnicamente tampoco es delito.
En todo caso, a quien se debe reclamar por otorgarle el amparo a Ponce es al juez que recibió la solicitud de amparo. Porque el caso de Ponce ya no estaba en manos del GDF ni de la PGJDF.
Ponce de cualquier forma no volverá a tener un cargo en el gobierno del DF. De quien debe preocuparse la gente en realidad es del priista Tomás Yarrington, quien quiere que le den un amparo para que no lo arresten por delincuencia organizada a pesar de que lo acusan de narco en Estados Unidos.
Y Yarrington sí es cuate de Peña Nieto.
PD: Dato importante: a Ponce primero lo detuvo la PGR y un juez federal le otorgó un amparo en 2011 para que saliera de una prisión federal. Pero la PGJDF ordenó su arresto inmediatamente para que fuera a una prisión del DF por el delito de fraude. Es decir, fue gracias al GDF que Ponce no salió libre en 2011.
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