Esta madrugada murió el actor y comediante mexicano Jorge Arvizu, mejor conocido como "El Tata" por el personaje que hacía para la televisión, a quien también se recuerda por doblajes de caricaturas de Hanna-Barbera que le dieron un toque muy mexicano, particularmente a la serie Don Gato y su Pandilla.
Desde 2006 Arvizu se convirtió en uno de los íconos de la resistencia en la izquierda, ya que participó en los plantones del Zócalo y Reforma y en diversos actos de la izquierda lopezobradorista.
Hace algunos meses la salud de Arvizu, de 81 años, empezó a deteriorarse. Estuvo inclusive internado varios días y se creía no se recuperaría.
Pero Arvizu se recuperó y regresó a su casa. Esta madrugada, falleció por una insuficiencia cardiaca.
Yo platiqué varias veces con el Tata durante el plantón del Zócalo. Citaba a Bakunin, y era de verdad apasionado por la causa de izquierda. Me dijo que se iba en Metro desde su casa hasta el plantón.
El 15 de Septiembre de 2006, durante el Grito de los Libres en el Zócalo, se me ocurrió pedirle a El Tata que recreara a su parodia de Rubén Aguilar, ex vocero de Vicente Fox, para incluirlo en un documental que estaba haciendo sobre los plantones del Zócalo. No sólo aceptó, sino que propuso hasta qué decir para la cámara. Era un señor realmente impresionante.
Ahora la izquierda deberá estar a la altura del Tata. Considero que por muchos años la izquierda ha caído en la comodidad de depender de los que han sido los íconos del lopezobradorismo, sin generar nuevas voces que le den una nueva vitalidad e impulso al movimiento.
¿Dónde está el Tata joven?
¿Dónde está la Elena Poniatowska nacida en los 80s?
¿Dónde están los líderes de izquierda de 30 años?
No hay. Y no sugiero que los íconos de la izquierda sean reemplazables, pero sí debe haber un cambio generacional. Parecía que se iba a dar en 2012, pero al final no se dio.
Como resultado, cada vez que fallece un ícono de la izquierda, los militantes de izquierda no saben qué hacer. Vivieron tanto tiempo en la comodida de saber que había líderes que les decían qué hacer, que no se tomaron la molestia de forjar una nueva generación de cuadros de izquierda.
Lamento mucho la muerte del Tata, pero creo también que es tiempo de que en la izquierda la gente viva y deje morir, como dijo Paul McCartney. Mientras la izquierda no aprenda a ser autosuficiente, y no genere nuevas voces por temor a causar el desagrado del líder, la izquierda tendrá pocas posibilidades de tener un crecimiento mayor entre el electorado en general.
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