viernes, 7 de marzo de 2014

Guattari: terminar con masacre de cuerpos por @sladogna

Cuales sean las pseudotolerancias de que haga alarde, el orden capitalista bajo todas sus formas (familia, escuela, fábricas, ejército, códigos, discursos…) continúa sometiendo toda la vida deseante, sexual, afectiva, a la dictadura de su organización totalitaria fundada sobre la explotación, la propiedad, el poder masculino, la ganancia, el rendimiento… Infatigablemente, continúa su sucio trabajo de castración, de aplastamiento, de tortura, de encuadramiento del cuerpo para inscribir sus leyes en nuestras carnes, para clavar en el inconsciente sus aparatos de reproducción de la esclavitud... A fuerza de retenciones, de éxtasis, de lesiones, de neurosis, el Estado capitalista impone sus normas, fija sus modelos, imprime sus caracteres, distribuye sus roles, difunde sus programas… Por todas las vías de acceso en nuestro organismo, sumerge en lo más profundo de nuestras vísceras sus raíces de muerte, confisca nuestros órganos, desvía nuestras funciones vitales, mutila nuestros goces, somete todas las producciones vividas al control de su administración patibularia. Hace de cada individuo un lisiado, cortado de su cuerpo, extranjero a sus deseos...

Queremos terminar con toda especie de asignación a una residencia sexual. Queremos que no haya más entre nosotros hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, poseedores y poseídos, mayores y menores, amos y esclavos, sino humanos transexuados, autónomos, móviles, múltiples; seres con diferencias variables, capaces de intercambiar sus deseos, sus goces, sus éxtasis, sus ternuras, sin tener que hacer funcionar algún sistema de plusvalor, algún sistema de poder, si no es sobre el modo del juego. Partiendo del cuerpo, del cuerpo revolucionario como espacio productor de intensidades subversivas y como lugar en el que se ejercen al final de cuentas todas las crueldades de la opresión, al conectar la práctica política a la realidad de este cuerpo y sus funcionamientos, al buscar colectivamente todas las vías de su liberación, ya hemos producido una nueva realidad social en la cual el máximo de éxtasis se combina con el máximo de consciencia. Ésta es la única vía que puede darnos los medios para luchar directamente contra los efectos del Estado capitalista ahí donde se ejerce directamente. Éste es el único paso que nos puede hacer realmente fuertes contra un sistema de dominación que no cesa de desarrollar su poder, de debilitar, de fragilizar, a cada individuo para constreñirle a suscribir sus axiomas. Para reducirlo al orden de los perros.  
lee texto íntegro en www.escucharte.info

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