Eduardo Francisco Stigliano escribe de su puño y letra, sin presión alguna lo siguiente:"Otro método de ejecución fue el fusilamiento ordenado por el comandante
de Institutos Militares con la presencia de los directores de las
distintas escuelas de armas". Solicitaba con eso una jubilación anticipada, de privilegio, padecía de un "trauma psíquico". En la vida cotidiana llegan en forma continua misiles subjeitivos, aquí, allá y acuya, para producir "salud psíquica", e incluso para aliviarnos de los traumas "psíquicos". Ese territorio de "nuestro bien" es bombardeado por el sistema capitalista a efectos de resolver el daño colateral - no solo ese- que produce a cada quien vivir en esta sociedad. Así han empleado, muchas veces lo logran, emplear herramientas de términos y "conceptos teóricos" del psicoanálisis, en particular, el empleo de la "psicopatología" de la vida cotidiana. Aquí un testimonio de cómo se empleó -y se emplea, esa "psicopatología" -lógica del hacerse pato así las cosas no mojan:
“Las prácticas concretas que afectan al suscripto (...) están referidas
virtualmente al método ordenado para la ejecución física de los
subversivos prisioneros, los cuales sin ningún tipo de juicio de
defensa, se me ordenaba matarlos a través de los distintos médicos a mis
órdenes con inyecciones mortales de la droga Ketalar. Luego los cuerpos
eran envueltos en nylon y preparados para ser arrojados de los aviones
Fiat G 22 o helicópteros al Río de la Plata. Dichas máquinas partían en
horarios nocturnos desde el batallón de aviación del ejército
seiscientos uno (601). Las ejecuciones o asesinatos llevados a cabo por
este método fueron cincuenta y tres, siendo cuatro de ellos extranjeros.
"Otro método de ejecución fue el fusilamiento ordenado por el comandante
de Institutos Militares con la presencia de los directores de las
distintas escuelas de armas y otros institutos para que dichos oficiales
superiores adquieran una responsabilidad comprometedora al avalar con
su presencia esta práctica aberrante.” La confesión pertenece al
represor Eduardo Francisco Stigliano. No fue hecha en la Justicia, sino
que figura en un reclamo administrativo ante el Ejército....es importante porque aportó detalles en primera
persona sobre delitos de lesa humanidad, confirmó que en Campo de Mayo -campo militar-
se concentró el accionar represivo a los miembros de la organización
Montoneros que regresaron al país entre 1979 y 1980 y, además, fue clave
para identificar a un grupo de tareas hasta el momento desconocido: la
SOE (Sección de Operaciones Especiales de la guarnición de Campo de
Mayo)."
Este documento, escrito por él, lo dejo el militar para solicitar tener una jubilación de privilegio por padecer , segun Stigliano argumenta que “sufre una especie de neurosis
con síndrome violento” y que tiene “un impulso irrefrenable de venganza
hacia quienes lo llevaron a esta situación, ‘combatientes de
escritorio’, que mientras nos ordenaban asesinar, ellos se preocupaban
por el mantenimiento de sus prebendas y de los mal llamados botines de
guerra”.
Por esta razón convendría a los interesados localizar otra manera de abordar y hacer frente a los misiles subjetivos que en forma continua nos envía la máquina capitalista.
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