Ricardo Alemán publicó ayer una columna lambiscona sobre el arresto del Chapo Guzmán en la cual canta sendas loas a Enrique Peña Nieto. Omitiendo, desde luego, las declaraciones de Phil Jordan de que el Chapo le dio dinero a la campaña de Peña Nieto.
Pero por andar de lambiscón acabó haciéndose el candado.
Voy a citar textual lo que escribió:
"Al final de cuentas nadie con dos dedos de frente puede negar el mérito del gobierno federal por la captura del criminal más buscado del mundo."
¿Nadie con dos dedos de frente?
Al parecer Ricardo Alemán no sabe que la frase coloquial es "nadie con MÁS de dos dedos de frente", no "nadie con dos dedos de frente."
La frase hace alusión al tamaño de la frente. Mientras más grande sea la frente, más inteligente se es. Por consiguiente, tener sólo "dos dedos de frente" se refiere a alguien que no es muy inteligente porque su frente no mide mucho.
Lo cual quiere decir que lo que escribió Alemán es esto:
Al final de cuentas nadie con poca inteligencia puede negar el mérito del gobierno federal por la captura del criminal más buscado del mundo.
O sea que nadamás los pendejos creen que el gobierno de Peña Nieto tiene un gran mérito. Quien tenga más de dos de frente -o sea quien sí es inteligente- sí puede negarlo.
Si se supone que así quiere demostrar Ricardo Alemán mucho cacumen y sesudo análisis político, lo único que logró fue, como dijimos, hacerse el candado.
¿Pa qué se pone de lambiscón?
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