Ayer quedó más que demostrado que Televisa y el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto realizaron un montaje para que pareciera que la captura del Chapo Guzmán fue más pelogrosa de lo que realmente fué.
Primero, llega Carlos Loret de Mola al edificio de condominios donde arrestaron al Chapo escoltado por varios vehículos del ejército. ¿Para qué si no había ningún peligro? Vaya, ni vigilancia había porque no era necesaria.
Luego, misteriosamente aparece un chaleco antibalas y unos cargadores de cuerno de chivo en un closet, lo cual resulta inverosímil ya que un día antes la marina volteó patas parriba hasta las maletas de la esposa del Chapo y nunca apareció el mentado chaleco. La prensa local grabó todo el lugar. Simplemente no había tal chaleco el sábado y nunca dijo la PGR que le encontraron cargadores de armas de uso exclusivo del ejército en su comunicado de prensa.
Lo cual sugiere que hicieron el montaje del chaleco antibalas para Televisa para que pareciera que el arresto había sido más peligroso de lo que realmente había sido.
Y lo cual sugiere, a su vez, que la estrategia mediática de Peña Nieto con el arresto del Chapo Guzmán le falló, por lo cual se tuvo que inventar un montaje para hacerlo más sensacionalista de lo que realmente era.
Lo cual nos lleva a una pregunta: ¿Entonces los mexicanos no le están comprando el asunto del Chapo a Peña Nieto?
Si consideramos que aún siguen operando los Zetas, los Templarios, el Cártel de Juárez, el Cártel de Jalisco Nueva Generación, y el Cártel del Golfo -que hasta le ofrece seguridad a la gente de Edomex-, y si le añadimos que siguen saliendo narcofosas y el negocio del narco no ha parado, entonces evidentemente la gente no le cree a Peña Nieto que su estrategia de seguridad funcione ni con el arresto del Chapo.
Menos cuando la PGR deja escapar narcos en Michoacán.
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