Ayer el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, declaró que el gobierno de Barack Obama "espera mucho éxito" de la estrategia de Enrique Peña Nieto en Michoacán.
"En parte es la estrategia del gobierno de México y esperamos mucho éxito en este esfuerzo", dijo Wayne de acuerdo con El Universal.
Noten cómo lo dijo. No dijo dijo "la estrategia va a funcionar". Dijo esperamos que funcione.
Lo cual en realidad es un tirón de orejas para Peña Nieto por parte del gobierno de Estados Unidos, el cual, sin duda, debe estar ya nervioso por el incremento de la inseguridad en México provocado por la pésima administración de Peña Nieto.
Y es que, recordemos, el gobierno de Oabama nunca vio con buenos ojos al regreso del PRI por temor a que el PRI pactaría con el narco, que es exactamente lo que los hechos de Michoacán cada vez indican con más fuerza.
¿Cómo podría meter Obama a raya a Peña Nieto? Supongo que sacando trapos al sol de ex gobernadores o ex funcionarios priistas.
Lo cierto es que la declaración de Wayne revela de manera muy sutil que sí existe un malestar por parte de Obama contra la administración de Peña Nieto.
Y es que mientras más mala fama tenga México, más complicado será para Obama aprobar la reforma migratoria, la cual le garantizaría votos a futuro al partido Demócrata.
Así que en buena medida, un fracaso de la reforma migratoria de Estados Unidos sería por culpa de la ineptitud -si no es que complicidad- de Peña Nieto para combatir al narco y a la inseguridad.
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