Ayer por la mañana leí una nota de El Universal en la que hacían una monumental flatulencia porque la Coca-Cola, las Sabritas, y otros productos chatarra en vez de aumentar sólo lo que especificaba el IEPS, aumentaron de 8% a 33.3% (en el caso de los chicles).
Gran escándalo porque la Coca-Cola de tres litros subió 16.7% y las Sabritas 27.8%. ¡Y las Maruchan! ¡10.8%! ¡Horror!
Pero como dije, con la excepción del precio de las comida para mascotas -que NO es un lujo- todo lo demás era absolutamente pedorro.
Porque resultó que durante 2013 el precio de las frutas y las verduras se disparó 13.89%.
Vaya, la inflación durante 2013, primer año en el que Enrique Peña Nieto usuró el poder, fue la peor que ha habido desde 2010.
Pero de eso no hubo escándalo en El Universal ni en ningú medio a pesar de que las frutas y las verduras sí alimentan y la Coca y las Sabritas NO.
¿Qué chingados me importa si suben de precio las frituras y las gaseosas que causan caries, diabetes, obesidad e hipertensión? ¿Por qué es eso nota principal?
En cambio, cúantos hogares fueron afectados por el alza en la canasta básica?
De acuerdo con el INEGI, los que tienen ingresos de entre 3 y 6 salarios mínimos. Es decir, la clase baja-alta y la media-baja.
Increible entonces que se hagan los indignados en cualquier parte por el alza en la chatarra, pero nada se diga del alza en lo que de verdad alimenta.
Porque al final, a los únicos que les afecta si sube la chatarra y la gente ya no la puede comprar es a las trasnacionales.
En cambio a los que les afecta si sube la comida, es a la mayoría de los mexicanos.
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