Publica Reforma el día de hoy que el SAT empezará a fiscalizar cuentas bancarias de mexicanos en Estados Unidos.
La noticia es más bien una maniobra para apantallar y hacer como que combaten a la elusión fiscal, pero la realidad es que no sirve de mucho.
Para empezar, desde hace años hay un convenio internacional entre Estados Unidos y México para intercambio de datos bancarios. Si un ciudadano americano tiene una cuenta bancaria en México, y el IRS le hace una auditoría, México le puede entregar los datos de la cuenta.
Así que el intercambio de datos no es novedad.
En segundo lugar, de mensos dejarían su dinero en Estados Unidos y a su nombre los evasores fiscales. Los verdaderos evasores grandes se llevan su dinero a las islas Caimán, a Suiza, o a otros paraísos fiscales donde ni el IRS los puede tocar.
La única manera de que un evasor fiscal podría ocultar su dinero en Estados Unidos sin detección de México es abriendo una cuenta con una identidad distinta a la que tiene en México, ya sea alegando ser ciudadano de otro país, con nombre distinto o ligeramente distinto, o bien, usando un prestanombres.
Hay otro detalle: sólo algunos bancos de EU permiten abrir cuentas en ese país a mexicanos, pero sólo si viven en alguna ciudad fronteriza. Si no no lo permiten.
Lo que sí permiten es abrir cuentas bancarias para empresas, pero esas cuentas ya son fiscalizadas por Estados Unidos de todos modos.
Entonces realmente no hay ninguna ventaja ni ninguna sorpresa en eso de que el SAT va a fiscalizar a cuentas de mexicanos en EU. Es más bien una nota de pantalla para que parezca que sí combatena los evasores cuando a los que de verdad no pagan, como a Televisa, les perdonan deudas de 3 mil millones de pesos.
A los que posiblemente si perjudicarían sería a los mexicanos que viven en la franja fronteriza, que ya pagaron sus impuestos en México, y que depositaron su dinero en EU para ahorrarlo y generar intereses en dólares. Porque, lo que son las cosas, fiscalizarán a quienes hagan más de 10 dólares en intereses.
Es decir, afectarían a pequeños contribuyentes, no a los grandes evasores. Otra pantimima de Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray.
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