En entrevista radiofónica, la ciudadana colombiana Jileth Córdoba, esposa de los dos colombianos desaparecidos el pasado 31 de diciembre en Uruapan, denunció que las autoridades no le han dado respuesta.
"Nosotros estábamos paseando en Morelia, el 31 de diciembre nos fuimos para el salón con la esposa de mi primi Jimmy, almorzamos, nos dejaron en el salón y nos dijeron que ahorita venía", relató Córdoba.
"Desde ahí hasta las 3 y media que mi esposo Arnoldo me llamó y se escuchaba que lo estaban golpeando, entonces alcanzó a decir que estaba en Uruapan, que fuera, y hasta ahora no hemos tenido razón de ellos", añadió.
El 8 de enero fue contactada por los captores de su esposo, quienes le pidieron 10 mil pesos, mismos que depositaron en una cuenta bancaria.
Soldados y policías pudieron estar involucrados en el secuestro, dijo, ya que la han estado siguiendo y vigilando.
"A mi me dio miedo porque cuando a mi me dijeron que depositara esos 10 mil pesos, yo me fui al hotel a recoger mi celular, una tablet y una computadora que teníamos y cuando salí afuera de mi hotel había soldados, había policías, yo no pensé, pero cuando me fui a empeñar y me fui al banco y deposité, de nuevo los soldados, de nuevo la misma policía, y me llegó un mensaje de que rompiera el recibo porque los muchachos nos iban siguiendo, que ellos se iban a dar cuenta si era el recibo, los dejaban", señaló la ciudadana colombiana.
Un soldado le habría hecho la señal de "sí" con la cabeza.
Los hechos se dan a conocer justo cuando Peña Nieto pretendió alegar en Davos que tiene una nueva estrategia contra la inseguridad en México, y donde pretendió justificar la inseguridad alegando que hay en todas partes.
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