Sin proponérselo, el coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, admitió que sí funcionaría una consulta popular para echar abajo a la reforma energética.
De hecho, Gamboa cayó en una contradicción, ya que primero dijo que no era posible pero luego que sí. Chimoltrufeó, pues.
De acuerdo con Reforma, en entrevista Gamboa dijo primero:
"No hay, de ninguna manera, ninguna consulta que pueda echar para atrás una reforma energética que ya fue aprobada por la mayoría de los senadores y diputados".
Pero cuando la prensa le preguntó si el trabajo del PRD para hacer la consulta era en vano, Gamboa dijo:
"No, el PRD está en su derecho, si nosotros fuéramos Oposición, quizá haríamos lo mismo".
¿No que no se podía? El propio Gamboa admite que el PRI hubiera hecho una consulta si fuera oposición. Lo cual quiere decir que admite que la consulta sí puede acabar con la reforma energética.
Lo que pasa es que Gamboa sabe que como la consulta sí puede derribar a la reforma energética, está mintiendo para que las trasnacionales y los privados a los que el PRI ya les prometió entregarles el petróleo no se asusten.
Pero el gusto les va a durar muy poco. Según Emilio Lozoya, los primeros contratos para privatizar el petróleo se darían o a finales de 2014 o a principios de 2015.
Y seis meses después sería la consulta para derribar a la reforma energética.
Inclusive si el PRI lograra maniobrar para que no se pueda hacer la consulta en 2015, se podría hacer de nuevo en 2018.
Así que los privados y las trasnacionales tienen de dos sopas: O sus inversiones rapaces se van al carajo en 6 meses, o en 3 años.
Por donde la vean, pierden. Y Gamboa lo sabe.
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