Ayer rindió su informe de labores la senadora perredista Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, líder de una de las dos tribus más fuertes del PRD: lDN, también conocidos como Los Bejaranos.
Al evento fue invitado Miguel Ángel Mancera, quien acudió sin problemas. Pero cuando lo presentaron para que dijera unas palabras, la gente de Bejarano lonabucheó.
La rechifla tiene su origen en las elecciones internas del PRD-DF, en las cuales Bejarano perdió el control del partido. Hubo quien le achacara el asunto a Mancera y desde entonces quedó malestar en IDN contra el Jefe de Gobierno.
El problema es que Bejarano no midió hasta dónde llevó el malestar de su gente, porque lo que ahora le causaron a Mancera es un problema de imagen, ya que la gente piensa que el PRD es el que abucheó a Mancera, lo cual sólo beneficia a los enemigos del PRD: el PRI y el PAN.
Tan no lo midió que el propio Bejarano se asustó. Tuvo que subir al micrófono ¡en el informe de su esposa! a lanzar vivas a Mancera para tratar de apaciguar a su gente, pero ni así pudo.
¿Qué va a pasar ahora? Una de dos; o Bejarano arregla el asunto y pone orden entre su gente, o se perdió el DF.
Porque el peor error que podría cometer el PRD es entregarle al PRI la cabeza de Mancera. Si se cae Mancera, se cae el DF. Y si se cae el DF, se cae toda la izquierda, ya que la izquierda no tiene nada más qué ofrecerle al electorado ni en 2015 ni en 2018.
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