La reforma energética acordada en secreto por el PRI y el PAN ordena que el petróleo deje de ser de los mexicanos y que se le entregue a privados y extranjeros.
El artículo transitorio cuarto del dictamen dice de manera textual sobre las modalidades de contratación de empresas privadas:
"Podrán ser: de servicios, de utilidad o producción compartida, o de licencia, para llevar a cabo, por cuenta de la Nación, las actividades de exploración y extracción del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos."
Esto quiere decir que se entregará a privados un porcentaje de las ganancias del petróleo, un porcentaje de barriles de petróleo, o la totalidad de la producción.
Para los contratos de servicios se pagará en efectivo.
Para los contratos de utilidad compartida se pagará con un porcentaje de la venta del petróleo.
Para los contratos de producción compartida se entregará a privados y extranjeros los barriles de petróleo en sí.
Y para las licencias se le entregará a privados y extranjeros la totalidad de la producción una vez que sea extraída del subsuelo sin que Pemex vea un sólo centavo de ganancia.
Según el texto de la reforma, las concesiones siguen estando prohibidas, pero las licencias funcionan exactamente igual que las concesiones.
Esto garantizaría la pérdida de casi el 40% de los ingresos petroleros para México forzando aumentos de impuestos una vez más.
Además, esto querría decir que México tendría que comprarle a privados su propio petróleo a precio de mercado, lo cual aumentaría los precios de la gasolina.
El PRI y el PAN pretenden que se incie la discusión del dictamen en comisiones mañana domingo a las 10:00 de la mañana para aprobarlo el martes.
La reforma especifica que se deberán aprobar las leyes secundarias de la reforma energética 120 días después de la aprobación de la reforma.
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