De acuerdo con Reforma, la queja del PAN fue que la reforma política deja en manos de los congresos locales, controlados por los gobernadores, la decisión de cuándo permitir reelección consecutiva de alcaldes, lo cual podría postergarla de manera indefinida.
En el caso de la reelección de legisladores, ésta sólo podría ocurrir si las cúpulas de los partidas políticos palomean a los legisladores que se pretendan reelegir, por lo cual, si la cúpula lo decide, los legisladores en posibilidad de reelegirse podrían nisiquiera ser candidatos.
Y por si fuera poco, el PRI moficó el texto de la reforma para que la reelección ocurriera a partir de 2015 de no lograrse una mayoría calificada que la apruebe hasta 2018.
Esto generaría un conflicto de intereses ya que la reforma beneficiaría a los legisladores actualmente en el cargo.
Aun así, el PRI y el PAN aprobaron el dictamen en lo general.
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