Durante meses el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto estuvo despilfarrando millones de pesos del erario en tratar de convencer a la opinión pública -sin éxito- que la reforma energética no privatizaba el petróleo y era letra por letra lo que dijo Lázaro Cárdenas.
Pero el dictamen de la reforma energética presentado ayer por el PRIAN -luego de acordarlo en lo oscurito- muestra que eso que decían los spots de Peña Nieto es una mentira.
Ya de por sí la versión de la reforma energética de Enrique Peña Nieto era una ofensa a los mexicanos, entregándole a trasnacionales el 50% de las ganancias petroleras.
Pero ahora, con tal de que se aprobara la reforma energética antes de que se acabara 2013, el PRI acordó con el PAN que se agregara la reforma permisos específicos para contratos de producción compartida (que se pague a privados con petróleo) y "licencias" que son concesiones disfrazadas completamente inconstitucionales y que le entregan por completo la propiedad del petróleo a quien lo extrae.
En esencia, la reforma energética revierte la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas -razón para la cual fue creada el PAN en 1939 por simpatizantes nazis como Manuel Gómez Morín- y hace todo lo contrario de lo que quería Lázaro Cárdenas.
"¡Pero si no se privatiza un sólo tornillo de Pemex!" gritarán los panistas y los priistas. ¿Para qué? Si con la reforma lo que se privatiza es el PETRÓLEO.
Textual del artículo transitorio cuarto de la reforma:
Entre otras modalidades de contraprestaciones, deberán regularse las siguientes: I) en efectivo, para los contratos de servicios; II) con un porcentaje de la utilidad, para los contratos de utilidad compartida; III) con un porcentaje de la producción obtenida, para los contratos de producción compartida; IV) con la transmisión onerosa de los hidrocarburos una vez que hayan sido extraídos del subsuelo, para los contratos de licencia, o V) cualquier combinación de las anteriores.
"Transmisión onerosa" quiere decir que quien extrajo el petróleo se convierte en dueño de ese petróleo. Deja de ser de la nación y México pierde el ingreso producto de SUS recursos energéticos que ahora pasan a ser propiedad de privados.
Con razón el PRI y el PAN no quieren la consulta energética. Semejante atraco a la nación lo repudiará la mayoría de los mexicanos.
Pero que no se hagan ilusiones los PRIANistas. En 2015 habrá consulta vinculatoria sobre la reforma energética y los mexicanos la echarán abajo.
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