domingo, 15 de diciembre de 2013

Mundo Bitcoin: Por qué compré unos pinches bitcoins

Por Victor Hernández

Comentaba en la columna de ayer que abrí una cuenta en Coinbase para comprar bitcoins.

Mientras escribía esta columna de hoy el precio del bitcoin se estaba cayendo a 828 dólares por bitcoin.

Pero mientras escribía el párrafo anterior, el precio subió nuevamente a 841 dólares.

Se preguntarán: "Bueno, ¿y por qué varía tanto en precio el bitcoin o qué chingados lo hace tener cualquier tipo de valor monetario?" Esta es la explicación:

Antes que nada consideren lo siguiente: ¿Por qué vale mucho dinero el oro?

Sus propiedades físicas son:

1. Color amarillo.
2. Maleable.
3. No se oxida.
4. Es buen conductor de electricidad.

Es decir, no tiene muchas aplicaciones prácticas como para que amerite costar lo que cuesta.

En la antigüedad, en Europa y Medio Oriente, nisiquiera se le podía usar como conductor de electricidad. Su verdadera propiedad era el ser maleable.

¿Por qué se le asignó entonces un valor monetario?

Pues porque así lo quiso creer la gente: Este metal que se puede pulir para que se vea brilloso vale mucho porque se ve bonito cuando se pule y brilla (aunque parezca botella de vidrio llena de orines.)

En otras palabras, al oro se le asignó un valor monetario de manera arbitraria.

"Es que cuesta mucho minarlo", dirán algunos. Pero también cuesta mucho minar cobre y no cuesta lo mismo a pesar de que es maleable y bien conductor de electricidad. Y si se pule también brilla.

En todas las economías los precios deberían basarse en el costo de producción del objeto que se vende. Pero no: se basan en lo que los compradores y vendedores creen que debería costar.

Lo mismo pasa con el bitcoin. Las propiedades del bitcoin son:

1. Permite pagos sin cargar dinero de papel o de metal.

2. Permite transferencias internacionales sin pagar comisiones.

3. Es anónimo.

4. No está a merced de caprichos gubernamentales, por lo cual no es fácil manipular su precio ni regularlo.

PERO...

El precio del bitcoin se rige por lo que los compradores y vendedores creen que debe costar.

Es por eso que el precio del bitcoin es altamente volátil. Así puede costar mil dólares un día, al siguiente 500 y al siguiente 800. Vaya, en cuestión de minutos puede ir de 827 a 841 y luego a 838 sin más explicación que el capricho de los compradores y vendedores.

¿Por qué le asigna un valor monetario al bitcoin? ¿No son simples algoritmos que salen de la nada?

No precisamente. No se puede simplemente inventar in bitcoin. Se le tiene que "minar." Para minar un bitcoin hay que resolver fórmulas matemáticas cada vez más complejas.

Resolver esas fórmulas implica gastar electricidad, y gastar en un procesador. Es decir, no es algo que se puede hacer técnicamente gratis.

Eso en sí le da un valor de producción al bitcoin. El detalle es que los compradores y vendedores de bitcoin le han dado un valor mayor a su precio de producción. ¿Por qué? Por la misma razón por la cual se le da al oro: por sus pistolas.

Pero la pregunta en el título de esta columna es por qué compré unos pinches bitcoins. Respondo:

Primero, porque me gusta la idea de un sistema monetario en el cual se puedan hacer transacciones por internet sin tener que pagr tarifas bancarias, intereses a tarjetas de crédito, cuotas anuales, ni pendejadas por el estilo.

Si yo uso en México una tarjeta de crédito de Estados Unidos, me cobran una comisión por usarla en México. Y si tramito una tarjeta de crédito en México tengo que pagar cuota anual. De cualquier forma me quitan dinero.

Pero si el bitcoin se convirtiera en el único sistema de pago en internet, los bancos y sus tarifas, cuotas e interses se irían mucho a chingar a su madre y ya no estarían despelucando a la gente.

Ejemplo: si los trabajadores indocumentados en Estados Unidos y sus familiares en México o en otros países aprendieran a usar el bitcoin, y el bitcoin tuviera un nivel más o menos razonable de estabilidad, Western Union dejaría de hacer dinero con las transferencias de los paisanos y más dinero llegaría a los familiares de los paisanos.

Segundo, me agrada la idea de una moneda que no depende de los caprichos y pendejadas de los gobiernos. Una mala decisión de gobierno, una guerra, una crisis, y una moneda se devalúa. Vaya, si una moneda se imprime de más, se devalúa.

El bitcoin en ese sentido es como el oro. Sólo serán creadas en total 23 millones de bitcoins (van 12 millones hasta el momento) y no más. Vaya, se puede crear más oro con actividad volcánica, pero una vez creadas las 23 millones de bitcoins no habrá más. Eso garantiza que no se pueda sobre-producir y, por consiguiente, devaluarse de manera arbitraria.

Y tercero, me gusta la idea de un sistema monetario que ponga en aprietos a los demás sistemas monetarios para que le bajen tres rayitas a su rapiña e hijoputez.

Todo eso aún no ocurre. El Bitcoin apenas está en su infancia y falta aún un buen tiempo para que más gente lo adopte y lo use como método de pago. Pero considero que la única manera de saber exactamente si eso ocurrirá, y si ocurre cómo ocurrirá, es participando en el mercado del bitcoin.

Y claro: también hay riesgos relacionados con el bitcoin. Los principales:

1. Es muy volátil. Puede variar de precio de manera muy dispersa, aunque durante la mayor parte de 2013 se mantuvo relativamente estable.

2. Hay que tener un buen sistema de seguridad en la computadora en la que se tiene la cartera de bitcoins para evitar que alguien la hackee y se los robe, ya que no hay manera de reclamarlos.

3. Tener bitcoins en una cartera local en la computadora es casi casi como tener dinero abajo del colchón (excepto por el hecho de que el bitcoin sí sube de precio). Si no se hace un respaldo de la cartera en un USB, o en línea, con un buen password para encriptarla, si le pasa algo al disco duro, se perdieron los bitcoins de la misma forma en la que se perdería el dinero en el colchón si se quema la casa.

Como dije en la nota anterior, no compré mucho bitcoin. Compré lo suficiente para poder observar su desempeño y y saber de verdad y de primera mano las implicaciones de participar en ese mercado.

Para que nadie me contara, pues.

Una cosa es segura: el hecho de que a varios expertos en finanzas les está sacando almorranas el bitcoin es una buena señal. Porque esos expertos en finanzas son los que llevaron al mundo al caos con la crisis de 2008.

Mientras tanto, ya compré unos pinches bitcoins, ya puedo recibir bitcoins, y si me quieren donar bitcoins (o décimas de bitcoin, o lo que gusten) pueden usar esta dirección:

1N5h1CZsM4rKbuQGHuP62EuPzCk7AaCpBs

PD: ¿Se acuerdan que antes blogdeizquierda.com recibía donativos por medio de Google Checkout? Pues Checkout, al igual que Paypal y otros servicios similares, cobran una comisión por mover el dinero. Así que delos 5 dólares que a lo mejor donaban los lectores, Google se quedaba con 30 o 50 centavos. Con bitcoin, nadie se queda con ninguna comisión simplemente por transferir dinero.

PD2: OJO. Dije en este columna que el bitcoin no depende de las pendejadas de los gobiernos. Pero a principios de este mes el gobierno chino prohibió a sus bancos aceptar transacciones con bitcoin, lo cual hizo que su precio se cayera a casi la mitad. Pero 3 días después el precio subió a casi mil dólares otra vez. Pero si alguien en el sistema financiero habla bien del bitcoin, sube de precio. A lo que voy con esto es que el bitcoin no estuvo a merced de una acción de gobierno, sino a merced de las noticias.

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