Para los que no saben: El Bitcoin es una moneda virtual que se genera al resolver fórmulas matemáticas con un procesador. Su intención era generar una moneda independiente del sistema financiero internacional, respaldada sólo por el trabajo de los procesadores de usuarios de internet.
Yo me enteré de la existencia del Bitcoin a principios de 2012 por medio del libro We Are Anonymous, de Parmy Olson, que narra los orígenes de Anonymous y Lulzsec en Estados Unidos e Inglaterra.
El libro narra que el grupo original que creó Anonymous recibió un donativo anónimo de 400 Bitcoins, que en ese entonces tenía un valor de 7 mil 800 dólares. Pero al siguiente día del donativo, el precio del Bitcoin subió a 26 dólares y el valor del donativo aumentó a 11 mil dólares.
Olson decribió que el Bitcoin era tan volatil y popular que precisamente por eso el precio había aumentado.
Me llamó la atención el asunto del Bitcoin y me puse a investigar. Recuerdo que en ese entonces el Bitcoin estaba en alrededor de 50 dólares.
Pensé entonces en comprar algunos Bitcoins, pero antes de hacerlo consulté con un amigo de Silicon Valley muy metido en cuestiones de tecnología para ver que opinaba.
"No, no le entres. El FBI le va a caer encima al Bitcoin porque lo usan para transacciones ilegales."
No compré los bitcoins entonces. En efecto, el FBI estuvo investigando el uso de Bitcoins para apostar o para comprar pornografía infantil. Pero también se usaba para compras completamente legales.
Durante los siguientes 18 meses veía reportes por aquí y por acá del Bitcoin pero nada espectacular. No le presté más atención.
Hasta que, en noviembre de este año, estalló la bomba: el Bitcoin rebasó por primera vez los mil dólares por moneda virtual.
Y ahí fue donde me puse a revisar el crecimiento del precio del Bitcoin desde que mi cuate me dijo lo del FBI. Desde ese entonces el precio del Bitcoin creció poco a poco, pero hacia Octubre de este año se empezó a disparar.
El disparo en el precio del Bitcoin ocurrió poco después del decomiso de 28 millones de dólares en Bitcoins al sitio Silk Road, usado para vender drogas. La nota fue muy visible, por lo cual mucha gente posiblemente se dio cuenta de algo: había menos Bitcoin en circulación y por lo tanto su valor iba a aumentar. El precio se disparó aún más. Obvio; había más gente queriendo comprarlo.
Para finales de noviembre el Bitcoin rebasó los mil 100 dólares por moneda y se mantuvo en más de mil dólares hasta el 4 de diciembre.
Al día siguiente, China prohibió a sus bancos hacer transacciones en Bitcoin, lo cual tiró el precio de la moneda virtual a menos de 600 dólares en cuestión de horas.
La razón es también sencilla: si China, la economía más grande del mundo, no permitía el uso del Bitcoin, habría menos demanda y por lo tanto su precio bajaría.
Pero el Bitcoin resultó más resistente a ese tipo de crisis de lo que muchos esperaban, incluyendo expertos en finanzas.
Un artículo de finanzas llegó a quejarse de que por culpa del Bitcoin mucha gente había perdido la mitad de sus ahorros. Pero al siguiente día el precio del bitcoin comenzó a subir, llegando nuevamente a los mil dólares en cuestión de 3 días.
Ni Wall Street se recupera tan rápido.
Todo este tiempo yo estuve monitoreando el precio del Bitcoin... y dándome de topes en la pared por no haber comprado Bitcoin cuando estaba en 50 dólares.
Así que decidí finalmente comprar Bitcoins y lo que pasara, pues que pasara.
El problema fue que comprar Bitcoins resultó más complicado de lo que suponía.
En la siguiente columna relataré el proceso por el cual pasé para comprar los Bitcoins. Lo que sí diré por ahora es que el sitio donde los compré está en este link.
(Continuará)
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