Luis Carlos Ugalde, uno de los artífices del fraude electoral de Felipe Calderón en 2006, dijo ayer en entrevista radiofónica que la consulta popular no puede revertir la reforma energética. Que porque la ley de consulta popular no dice nada sobre revocar modificaciones a la Constitución y no es vinculante para los congresos locales.
Ugalde mintió. Mire usted por qué:
La consulta ciudadana, para empezar, no necesita de permiso específico de la Constitución para rechazar cambios constitucionales.
Porque resulta que para los ciudadanos sólo está prohibido lo que dice específicamente la Constitución y las leyes que de ella emanan. Lo demás es permitido.
Con el gobierno es al revés. Sólo puede hacer lo que la Constitución específicamente le permite. Todo lo demás lo tiene prohibido. Por eso precisamente es que hicieron la reforma energética; porque existe una prohibición específica para privatizar el petróleo y no había un permiso específico para hacerlo.
El artículo 35, por otro lado, dice específicamente que se pueden consultar temas de relevancia nacional simpre y cuando no se refieran a los ingresos y gastos del gobierno o violaciones de derechos humanos.
La reforma energética claramente es un tema de relevancia nacional, por lo cual sí puede ser consultado.
Y respecto a que la Constitución no especifica que es vinculante para los congresos locales, también es un engaño de Ugalde, ya que la última palabra en la promulgación de una reforma constitucional la tiene el ejecutivo federal, el cual puede promulgarla o vetarla, o ponerla en acción o no.
Esto quiere decir que si ganara el NO en la consulta sobre la reforma energética pasaría todo lo siguiente:
1. Pemex no podría realizar ninguna política, planeación, o contrato basado en la reforma energética, ya que es parte del gobierno federal y, por lo tanto, estaría obligado por ley a acatar el resultado de la consulta, le guste o no a los congresos locales, quienes no tienen ninguna injerencia en Pemex.
2. El congreso federal no podría hacer ningún nombramiento para Pemex en base a la reforma energética, no podría hacer leyes que contravengan el resultado de la consulta.
3. Enrique Peña Nieto tendría que iniciar una labor de desmantelamiento de la reforma energética para revertir las leyes a su estado anterior, lo cual forzosamente incluiría cabildeo con los congresos locales para poder de esa forma complir con el mandato de la consulta.
Así que aunque las legislaturas estatales respingaran, la reforma energética simple y sencillamente sería letra muerta si así lo decide la gente por medio de una consulta.
Ahora bien; en el peor de los casos, Ugalde le apestó esa rendija al PRIAN para no acatar la consulta, ya que, como no se ha debatido ni votado en el Senado la ley de consulta popular, se le puede modificar en el Senado agregándole un añadido especificando que el ejecutivo y el legislativo federales tendrán que iniciar cabildeo con los congresos locales para aplicar los resultados de las consultas a nivel estatal o estarán en desacato, causando con eso una violación de la ley punible con desafuero y cárcel para los poderes federales.
En realidad lo que Ugalde quiere es que la gente no participe en la consulta vinculatoria. Pero hay otro detalle: si no permiten la consulta, en 2018 la izquierda puede hacer campaña ofreciendo una segunda nacionalización de la industria energética y entonces sí se acabó la privatización.
Porque si sabotean la consulta popular contra la reforma energética, el sabotaje será visto como otro desafuero. Y eso hará que la izquierda gane como ganó en 2006 pese a las chapuzas del IFE de Ugalde.
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