Esta es la cita textual de lo que escribió Saramago en Cuadernos de Lanzarote, escrito a principios de los 90s:
Que se privatice Machu Picchu, que se privatice Chan Chan, que se privatice la Capilla Sixtina, que se privatice el Partenón, que se privatice Nuno Gonçalves, que se privatice la catedral de Chartres, que se privatice el Descendimiento de la cruz de Antonio da Crestalcore, que se privatice el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, que se privatice la cordillera de los Andes, que se privatice todo, que se privatice el mar y el cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley, que se privatice la nube que pasa, que se privatice el sueño, sobre todo si es diurno y con los ojos abiertos. Y, finalmente, para florón y remate de tanto privatizar, privatícense los Estados, entréguese de una vez por todas la explotación a empresas privadas mediante concurso internacional. Ahí se encuentra la salvación del mundo... Y, metidos en esto, que se privatice también a la puta que los parió a todos.
No es exactamente lo que dijo Layda Sansores, sino una adaptación. Lo que dijo Sansores fue esto:
"Privaticen los sueños, privaticen la ley, privaticen la justicia, pero si quieren realmente que haya una privatización a fondo, vayan y privaticen a la puta madre que les parió y eso sería mucho mejor que lo hicieran porque al menos esa es suya, esta Patria no les pertenece."
Vale madre y da igual si no es exactamente lo mismo que dijo Saramago. El hecho concreto, lo importante, lo que debe repetirse, es decirle al PRI y al PAN que vayan a chingar y a privatizar a su puta madre.
Si lo dijo Saramago o no, la verdad me vale tres kilos de auténtica verga. Ese no es el punto. El punto es que el PRI y el PAN chinguen a su madre por pretender privatizar el petróleo.
Se lo lavan.
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