De acuerdo con El Universal, dos brasileños del colectivo "Passe Livre" asesoraron a los que organizaron el #PosMeSalto y además participaron en las patoprotestas.
Se trata de Caio Martins Ferreira, estudiante de Historia de la Universidad de Sao Paulo, y Miguel Aguilera, quien declaró en asambleas que en Brasil es imposible brincar el torniquete porque de inmediato serían detenidos por la policía, lo cual no ocurre en el DF.
Dijo además:
"Tenemos (en Brasil) un Metro que está muy militarizado, lleno de policías... Cuando llegamos aquí a México fue como ¡oh, vamos a saltar los torniquetes!"
En total son 7 los brasileños que se tienen identificados como participantes en el #PosMeSalto. Uno fue detectado en las oficinas de la CNTE dos días antes del aumento a la tarifa del Metro.
Y el enlace entre los brasileños es el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM Abraham Méndez Moissen, quien es ideólogo de la Liga de Trabajadores por el Socialismo, detenido el 10 de junio pasado por agredir a policías en el Zócalo.
El problema aquí es el siguiente:
Si policías o soldados extranjeros operaran en México, la izquierda pondría el grito en el cielo.
Si trasnacionales extranjeras operan en México, la izquierda pone el grito en el cielo (yo también lo haría).
Pero si extranjeros operan para hacer patoprotestas que nada tienen que ver y que no representan a la mayoría de los mexicanos ¿por qué ahí la izquierda sí lo tolera?
Si la izquierda va a ser congruente, entonces no puede tolerar que extranjeros ven a México a hacer operación política ni a favor de un lado ni a favor del otro. Porque se ve muy mal que lo rechancen cuando no conviene y que lo acepten cuando sí conviene.
No es xenofobia. Es congruencia. Y tampoco estoy hablando de migrantes. Un migrante sí tiene derecho a opinar sobre el país que adopta como su nuevo hogar. Pero los brasileños que se mencionan en este caso no son migrantes. Vinieron específicamente para inmiscuirse en el asunto del Metro y luego se fueron.
Peor; el enlace es precisamente uno de los encapuchados que hacen desmanes en las protestas para reventarlas.
Así que mientras la izquierda no sepa darse cuenta de que los están infiltrando, seguirán haciendo pendejadas que lo único que logra es minar su credibilidad.
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