El gobierno federal ordenó desplegar al ejército y a la marina en el puerto y tomar el control de la seguridad portuaria aunque no se habían reportado hechos de violencia como los que sí se reportaron en Matamoros, Tamaulipas.
En respuesta, cientos de choferes del transporte público pararon las unidades en la avenida principal.
La protesta causó bloqueos y molestias a los automovilistas.
El gobierno priista pretendió culpar al crimen organizado por la protesta, pero no presentaron evidencia de que fuera el caso.
La inseguridad en México sigue fuera de control desde que Enrique Peña Nieto llegó al poder.
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