El ex candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto, tuvo el mal gusto de "convocar" a los que se oponen a sus reformas que analicen sus alcances y beneficios.
Que porque "no vienen o no derivan de una actitud unilateral o meramente caprichosa sino más bien están orientadas bajo una lógica de cambio y transformación."
Ajá, pues como le dijimos a Fox y a Calderón: La reversa también es cambio. Pero además lo que está diciendo es un insulto a la inteligencia.
Si nos oponemos a sus reformas es precisamente porque ya las analizamos y ya sabemos lo dañinas que son.
La reforma educativa hizo obligatorias las cuotas escolares y ahora pretende la SEP que los padres de familia paguen hasta por el recibo de la luz.
La reforma fiscal le subió el ISR a un segmento importante de la clase media y sólo le disfrazó el IETU, porque ahora el impuesto de control se aplica al no permitir deducir el 100% de los gastos.
Además jodió a los estados fronterizos con el aumento al IVA, y en particular a Chiapas, el estado más pobre del país.
Por si fuera poco, pobres y clase media tendrán ahora problemas para alimentar a sus mascotas porque les subirán el precio de la comida para mascotas.
Además no se eliminó la consolidación fiscal. Sólo se le cambió de nombre.
Y la cereza en el pastel: un endeudamiento igual al FOBAPROA sólo para que Peña Nieto pueda privatizar Pemex.
Respecto a la reforma energética ya lo hemos dicho en este blog hasta el cansancio: México perderá dinero si se aprueba. El supuesto incremento de 40% de la producción de Pemex (que tardará 10 años en ocurrir de acuerdo con los propios priistas) menos la pérdida del 50% de la renta petrolera con los contratos de renta compartida tendrá como resultado una pérdida neta del 30% del ingreso de Pemex para el país. ¿Y quién paga? Pues a los que les subieron los impuestos y les seguirán subiendo el precio de la gasolina y de la luz.
Así que no somos pendejos como Enrique Peña Nieto, que ni leer sabe. Sabemos perfectamente lo dañinas que son para el país sus reformas y no las vamos a aceptar.
Ah, y tan pronto se haga la consulta vinculatoria en 2015, la reforma energética va a chingar a su madre le guste o no le guste a Peña Nieto.
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