Un tribunal unitario ordenó al juez recibir las pruebas y dictar una nueva sentencia luego de que originalmente no quiso aceptar las pruebas alegando que no tenía tiempo, a pesar de que tenía casi 32 horas para revisar las pruebas y se presentaron en tiempo y forma.
Esto ha llevado a pensar que se busca a toda costa que no se caiga el quinazo contra Gordillo, el cual se hizo a capricho de Enrique Peña Nieto y tiene suficientes huecos legales como para que no se sostenga.
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