El PAN y el PRI negocian no sólo entregar la mitad de la renta petrolera a empresas privadas, sino entregar por completo el petróleo -perdiendo su rectoría- a privados trasnacionales por medio del otorgamiento de licencias para su explotación, como ya ocurre en la minería.
Ésto significaría que Exxon, Shell, o Chevron, por poner algunos ejemplos, se convertirían en los dueños del petróleo mexicano, generándole a México una pérdida de casi toda la renta petrolera. Vea usted por qué:
Según información publicada por el Wall Street Journal, lo que el PAN está negociando con el PRI para que se apruebe la reforma energética es que se le entrege la propiedad del petróleo a empresas privadas y a cambio México sólo reciba una regalía.
¿De cuánto sería esa regalía? Si es la misma que se cobra por la minería, entonces sería de 7.5% del precio de la producción.
El problema es que el precio del petróleo que fija el Estado mexicano no es el mismo que el precio de mercado. El precio del petróleo lo fija el Congreso y para 2014 se fijó en 85 dólares por barril.
Por consiguiente, la regalía que obtendría México al entregarle la propiedad del petróleo a extranjeros sería de 7.5% de 85 dólares. Es decir, de 6.37 dólares por barril.
Si consideramos que la proyección anual del precio de mercado del barril de petróleo es de 107 dólares, entonces México estaría perdiendo más de 100 dólares por barril.
Eso significa que México estaría perdiendo el 94.04 de la ganancia del petróleo.
Y eso representa el 31.03% del presupuesto de México. ¿De dónde va a salir? No de los nuevos impuestos, ya que esos no alcanzan para pagr ni por la entrega de la mitad de la renta petrolera (por eso Peña Nieto pidió un alto nivel de endeudamiento al Congreso).
La única manera de cubrir esa pérdida sería con más impuestos para la clase media y para los pobres.
Y mientras tanto, Exxon, Shell, Chevron, y demás trasnacionales se llevarían el petróleo que es propiedad de la nación. Todo gracias al PAN y al PRI.
PD: Y no, México no recuperaría el dinero con ISR, ya que no se eliminó la consolidación fiscal que permite que las grandes empresas no paguen ISR.
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